Hace unos días hablaba con mi mamá de cómo las cosas han cambiado con las generaciones, cómo algunas han mejorado y otras han empeorado, y en un momento mencionó algo que al parecer ha tenido un gran impacto en ella, algo que según ella está totalmente mal, y para mí, que no tuve el valor de decírselo en su cara, está muy bien.
Ella me cuenta que actualmente hay un problema con la juventud, y es que hacemos demasiadas cosas que los jóvenes de antes hacían sólo al casarse: los novios ahora viven juntos, viajan juntos, van a fiestas hasta el amanecer, tienen sexo o simplemente despiertan juntos. Y se pregunta “¿entonces qué ilusiones les quedan por cumplir cuando se casen?”. Esa palabra, ilusión, la utilizó varias veces mientras hablaba del tema. Yo sólo escuché a lo que dijo sin responder, pero la verdad es que tengo toda una opinión al respecto.
No sé si las personas se den cuenta de la importancia del matrimonio: es una promesa que le haces a Dios, a otra persona y a ti mismo de compartir el resto de tu vida con esa persona, en las buenas y en las malas, hasta el día de tu muerte; pero al final, más del 70% terminan en divorcio. Yo creo que el momento de ilusionarse y vivir todo tipo de experiencias -tanto buenas como malas- es cuando todavía no tenemos ningún compromiso ni hemos hecho promesas que podamos romper.
Los matrimonios de antes se formaban por arreglos familiares, por estrato social o por cualquier otra razón, muy pocas veces por amor. Después avanzaron un poco, y las personas se casaban por amor, pero era en la vida matrimonial cuando realmente conocían a la persona con quien ya habían jurado vivir para siempre, ¿y si al final esa persona no les gustaba?...
¿Qué tal si amas viajar y a tu pareja no le gusta?, o ¿si vas a muchas fiestas y él/ella se aburre?, ¿pensaste que quizás él espera que su mujer le lleve su desayuno a la cama, lave y planche, limpie y esté siempre para él, mientras él trabaja? Ah, y no te deja trabajar a ti. Es más, ¿incluso has considerado si el sexo no es bueno? Y estamos hablando de una parte realmente importante en una relación; dudo que muchos matrimonios sean genuinamente buenos si pasan años sin tener sexo, o si no lo disfrutan. Entonces, ¿para qué dejar tantas cosas tan importantes al azar, a la hora de tomar una de las decisiones más importantes de la vida?, ¿por qué esperar a casarse?
El momento de soñar e ilusionarse con cosas que pueden -o no- pasar, es el noviazgo. Podemos querer hacer mil cosas y vemos si nuestra pareja también lo quiere, o si las haremos solos. Podemos pasar por malos ratos y ver si esa persona nos apoya al 100% o si ni siquiera lo nota, podemos vivir grandes aventuras y comprobar que sólo con esa persona será posible, o si más bien ella limitó la experiencia, podemos tener sexo y ver que sólo queremos tener a esa persona para siempre, o si quedamos con ganas de más. Podemos compartir nuestros sueños, o quizás soñamos con cosas diferentes. Todo eso que es tan importante en la vida, no podemos descubrirlo después de haber hecho una promesa que, según dicen, “ninguna fuerza ni persona sobre la tierra puede romper”.
El matrimonio es el momento de decidir estar junto a una persona porque es la indicada, porque se entienden, se ayudan, comparten los mismos gustos, ambos aportan para el hogar, porque a los dos les gusta experimentar lo mismo, porque el sexo es increíble, porque cada día juntos será una gran aventura, por estar seguros que en las malas esa persona estará ahí… y por mil razones más.
Entonces, ¿por qué el tabú de no dejar a los jóvenes de ahora experimentar esas cosas que antes sólo se podían vivir en la vida matrimonial? Podemos vivirlas todas, con cien personas si es necesario, y pasar veinte años en eso si es posible, pero créanos que cuando encontremos a la persona indicada, ese porcentaje de divorcios va a bajar, o mejor aún, los matrimonios van a durar toda la vida.
PD: Tomé como ejemplo en mis imágenes a la pareja de Up! de Disney - Pixar, porque me parecen simplemente la pareja perfecta! -Todas las imágenes fueron capturadas por mí viendo la película-
Hiciste un buen trabajo con el post, la manera en que trabajaste con las imágenes es lo que muchos recomiendan.
En cuanto al post en sí, me gustó de verdad. Comparto tu opinión respecto a este tema, la única forma de saber si esa persona es la que queremos en nuestra vida, es viviendo un sin fin de experiencias con ella.
Dedícate a todos tus post como lo hiciste en este.
Muchas gracias Nico! Lo tomaré en cuenta :) y me alegra mucho que compartas mi opinión!!
Excelente explicación de lo que es el matrimonio; me gusto mucho tu post.. Gracias por compartir tan bonita e importante información hermosa, abrazos @veronikbadik
Gracias Freddy! Me alegra que te gustara :)
Concuerdo mucho en tu forma de pensar, es necesario conocer, experimentar y convivir con una persona muy bien antes de comprometernos con ella, creo que vivir las buenas y las malas antes de hacer dar un paso así es vital para descubrir quienes somos y quien es la persona con la que queremos estar, por mas que no queramos las circunstancias pueden sacar peores versiones de nosotros mismos que quizás sea insoportable para nuestra compañía o versiones del otro que no podamos tolerar.
Me gusta mucho tu reflexión y el toque de las imágenes de up le da un toque muy tierno a todo lo que dices, creo que ese es uno de los efectos de esa película. Muchos saludos, tienes un nuevo seguidor!
Exactamente así pienso! y también dices algo muy importante, vivir esas experiencias no sólo se trata de conocer bien a la otra persona sino también aprender a conocerte a ti mismo! Siempre los demás verán en ti algo que tu no puedes ver, y siendo esa persona que estará siempre a tu lado, te ayudará a descubrir esas cosas y conocerte mejor, gracias por tu comentario Yonny!
Muy bueno tu post @veronikbadik, me gusto mucho el contenido y la forma en la que reflexionas respecto a estas situaciones, sin duda alguna estoy de acuerdo contigo, pues el convivir con tu pareja, y llevar el día a día, antes de casarse es una buena forma de saber si realmente existe compatibilidad o no. Mucho antes, las personas pasaban tenian noviazgos en el que si acaso, se veían un par de horas al día, o algunos días por semana, y al casarse se daban cuenta de que no se llevaban para nada bien, por esa razón el divorcio. Pero ahora somos de otra generación, y pues vemos y llevamos las cosas desde otra perspectiva.
Exacto! Eso es lo bueno que le veo, que ahora podemos conocernos sin problemas y así las relaciones serán mejores y más duraderas que como lo eran antes! Es algo muy bueno que ahora tengamos las mentes un poco más abiertas para experimentar todas estas cosas que antes estaban "prohibidas". Muchas gracias por tu comentario! :)
Yo pienso que ya estamos en otra época, donde ya no nos casamos por la simple razón del "qué dirán". Ahora los jóvenes nos permitimos conocer a nuestra parejas antes de tomar una decisión tan trascendental, como la es el matrimonio. A veces a los padres le cuesta entender esto, y bueno hay que entenderlos a ellos también, quizás fueron tan presionados en su época que ven raro la actualidad.
Saludos!!Hola @veronikbadik!!
Hola!! Sí tienes toda la razón. Es un cambio muy grande, y debe ser dificil permitirse ampliar así la mente después de tantos años de pensar diferente... Por eso mismo en ese momento decidí no responderle, sabía que mi manera de pensar sería un poco chocante para ella, pero poco a poco debemos ir suavizando el terreno para hacerles ver nuestras opiniones a nuestros padres! Muchas gracias por tu comentario, éxitos!! ;)
Hay que recordar algo: la evolución transgeneracional permite que las cosas hayan cambiado, como consecuencia del consabido atrevimiento de los más jóvenes a experimentar.
Tienes que entender a tu mamá cuando ve las cosas así, porque eso fue lo que ella vió de sus padres y de la generación anterior a ellos (tus bisabuelos); es otras palabras, hizo lo mejor que pudo con lo que recibió de sus ascendientes.
Todo ser humano desde pequeño aprende por imitación y -como en éste caso- se arraiga el comportamiento que vistes en tu hogar; los "millennials" y mi generación tuvieron salto en la brecha generacional, por las diferentes vertientes de información, por medio de las cuales, fueron estimulados.
¿Cuál es el resultado? Una nueva generación mejor preparada emocionalmente para enfrentar los retos futuros, porque no tienen el "miedo" de cuestionar a sus mayores y, eso, mi estimada lectora, es lo mejor que le ha podido pasar a la humanidad...tu generación está llamada a cosas grandes. Te felicito por tu publicación, seguida y resteemeada (sin PV)..!
Me encanta tu post, porque no solo expone dos maneras distintas de percibir un mismo hecho, en este caso, el matrimonio. Más importante aún, allana el camino para otras posturas al respecto.
Los jóvenes de hoy, ven el matrimonio precisamente como la consolidación de sus ilusiones, el descubrimiento y la aceptación de dos personas como pareja, con sus virtudes y sus defectos. Nuestros antepasados en cambio, se rigieron más por las normas "socialmente aceptadas", quedando más a expensas de una suerte de lotería.
Lo que sí reconozco de las generaciones pasadas es que una cosa es la libertad de elegir y otra muy distinta es el libertinaje o la promiscuidad. En ese sentido, creo que toda persona debe cuidar su salud y su imagen personal.
Ahora bien, soy de los que pienso que las leyes de los hombres fueron creadas para controlar nuestras sociedades; por ello, lo que conocemos como "matrimonio" no responde realmente a un acto de amor, sino a un contrato en términos jurídicos; y a un compromiso en términos religiosos. Esa naturaleza es completamente incompatible con lo que realmente debe ser el matrimonio.
En mi opinión, el matrimonio es la convivencia amorosa de dos personas, unidas porque se conocen, se aceptan y se aman como son, con sus virtudes y sus defectos; sin mayor atadura que el deseo de mantenerse unidos porque comparten una misión de vida común.
Entonces concluyo, según mi concepto, que no hace falta curas, ni registradores, ni abogados para que un matrimonio exista. Solo hace falta dos personas dispuestas a amarse hasta que su misión común finalice.