El que fue una vez el presidente de la república Serbia de Bosnia y Herzegovina (1992-1996) Radovan Karidzic, fue acusado por actos de genocidio en el año 1995, debido que miles de personas fueron asesinadas, expulsadas de sus hogares o hechas prisioneras en campos de concentración. Este hombre huyó, se ocultó por aproximadamente 13 años en un suburbio de la ciudad, cambió su identidad, se hizo pasar por un profesional en medicina alternativa, se dejó crecer la barba, adelgazó y utilizaba gafas gruesas; hasta que en el año 2008 fue detenido en Belgrado. Tras ocho años de juicio, el Tribunal Penal Internacional de La Haya para la ex Yugoslavia, lo condenó el 24 de marzo de 2016, a 40 años de cárcel por ser considerado como el máximo responsable del genocidio de Srebrenica y el sitio de Sarajevo.
La Palabra de Dios nos advierte que nuestro enemigo Satanás también está dedicado a engañar a las personas por medio de disfraces. Desde el inicio de la historia humana, fingió ser un asesor inteligente, al decirle a Eva que Dios no era honesto con ella (Génesis 3:4). Él se disfraza como “ángel de luz” (2 Corintios 11:14), pero nuestro Señor lo ha desenmascarado advirtiéndonos que es un “mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44) y sus seguidores son igual de engañosos (Mateo 7:15).
Debemos tener cuidado pues muchas veces las personas tienden a pensar equivocadamente sobre Satanás. Algunos creen que no hay que tener ninguna precaución, y otros le atribuyen más poder del que se merece. No nos engañemos. Satanás es poderoso como el “dios de esta edad presente” (2 Corintios 4:4)
No obstante; los creyentes no tienen por qué acobardarse ante él ni temerle, “porque el que está en ustedes es mayor que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Y llegará el día en el que Satanás será echado al lago de fuego y azufre (Apocalipsis 20:10).
Hasta que llegue ese día, vivamos vidas que mediante acciones diarias reflejen el carácter y las prioridades de Cristo.
¡Cuidado! nuestro enemigo es antiguo, truculento y engañoso.
Jesús se presenta tal y como es: justo, verdadero, misericordioso y deseoso de que reconozcas tu pecado para que recibas su perdón, le sigas y llegues a ser su discípulo(a).
“Hijitos, ustedes son de Dios, y los han vencido, porque el que está en ustedes es mayor que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).