• Si quieres cambiar un comportamiento por otro, repítelo durante 21 días como mínimo, en mi caso he tardado 3 meses aproximadamente, y a veces hasta más. No es algo rápido, pero una vez instaurado lo realizarás de forma automática. Un ejemplo sería, si quiero asistir 5 veces a la semana a ejercitarme al gimnasio, entonces planifico hacerlo y lo hago durante 21 días, de forma tal que se cree un hábito. Bien decía Aristóteles:

“Somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia, entonces, no es un acto, pero si un hábito.”

• Escuchar audios con frases positivas y de reafirmación de la autoestima, y cito este ejemplo porque a mi me han servido muchísimo, desde niñas en una sociedad machita y otras veces pesimista, hemos sido atacadas con mensajes subliminales en películas, dibujos animados, medio de comunicación y a veces hasta nuestros mismos padres que de alguna forma han deformado nuestra percepción de que sí podemos lograr lo que nos propongamos, independientemente de nuestro género o ciertas circunstancias. Personalmente adoro los audio de Louise Hay y sus afirmaciones positivas (aunque tu mismo puedes realizar tus afirmaciones personales en función de lo que deseas lograr), las cuales trato de escuchar cuando ya me voy a dormir o cuando me estoy despertando, y es que en ese momento la mente se encuentra en estado alfa, que es un estado donde la actividad cerebral es menor, y participan ambos hemisferios (el izquierdo y el derecho) en el aprendizaje, es el estado ideal para aprender expeditamente, según muchos especialistas en la materia. Podemos también llegar a este estado con el control de la respiración usando diversas técnicas, con la meditación, o escuchando música barroca. Por medio de las afirmaciones, el cerebro empezará a visualizar como si fuera ahora eso que afirmas, y como la mente subconsciente no diferencia si es real o no, tiempo o espacio, comenzará a grabarlo como verdadero. Por último durante este ejercicio identifica los pensamientos que se hacen presente pero sin juzgarlos sólo como un observador, para que luego te hagas conscientes de aquellas creencias que debes cambiar y que son las que te sabotean lo que quieres lograr en tu vida.
  
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