CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA: NOCHE DE GUARDIA

Hoy les comparto lo que fue mi experiencia la última guardia. Elegí este título de la novela "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel García Márquez, porque creo que no hay otra forma de describir lo que fue esa noche.

En el lugar donde trabajo hacemos guardias de 24 horas cada 6 días, además de las consultas de medicina general, pediatría y gineco-obstetricia que pasamos una vez a la semana.

Mi última guardia fue el pasado lunes, los lunes suelen ser un poco más transitados de lo normal, no se exactamente la razón, pero supongo que luego del "descanso" del fin de semana, aparecen todos los malestares en los pacientes. Sin embargo asumí desde muy temprano que esta guardia sería algo distinta, ya que ese día, en mi país Venezuela, tan acontecido política; económica y socialmente, estaba pautado la realización de un Trancazo Nacional de 10 Horas (10:00 am - 8:00 pm).

Para los que desconocen este hecho, cuando Los líderes políticos de la oposición convocan a Trancazo Nacional, significa que cada ciudadano que se encuentre en descontento con el Gobierno actual debe dejar de hacer lo que esta haciendo y salir a trancar todas las calles del país. Toda la ciudad queda paralizada, todas las calles cerradas, no hay paso hacia ningún lado. El país es un total caos. Por esta razón pensé que la guardia estaría mas o menos tranquila, ya que la gente o esta protestando o se encuentra encerrado en algún lugar sin poder movilizarse, pero definitivamente me equivoqué.

La mañana fluyo relativamente normal, poca afluencia de pacientes no tan complicados: síndromes virales agudos, síndromes diarreicos, escabiosis, cosas realmente sencillas. Nada que no podamos resolver dentro de nuestro centro, claramente siempre afectado por la crisis humanitaria en el área de salud, escasez de medicamentos e insumos médicos que asfixia nuestra labor. Pero en fin, hacemos nuestro mayor esfuerzo para lograr muchas cosas con lo que tenemos.

Para la hora de la tarde se nos complicó la cosa. A medida que comenzaba la represión por parte de la Guardia Nacional Boivariana hacia los manifestantes, cerca de mi zona de trabajo, iban llegando más y más heridos. Era tan indignante ver como estas personas por el simple hecho de expresar su libre pensar eran agredidas físicamente por aquellos que alguna vez juraron protegernos. Más indignante aún cuando la mayoría de los pacientes que llegaban estaban entre los 16 y 21 años de edad. Recibimos heridas por arma blanca, heridas por arma de fuego, mujeres golpeadas (entre ellas, una periodista que sólo hacia su trabajo: informar). Heridas en cara por perdigones, metras, crisis asmáticas severas por intoxicaciones por gases tóxicos. Cada vez eran más y más pacientes traídos en moto con fracturas en los huesos de la cara por golpes, entre otras cosas. Ya casi no teníamos espacio para más, pero fuimos resolviendo cada caso de la forma más rápida y efectiva posible, ya que se rumoreaba que la policía venía en camino a llevárselos detenidos. Gracias a Dios esto nunca paso.

Las cosas comenzaron a calmarse nuevamente para la hora de la cena hasta que a las 9:00 pm recibo a mi último paciente de lo que sería esa guardia - El Sr. Patricio: les resumo el caso de forma muy breve.

Paciente masculino de 64 años de edad, sin familiares, quien es traído a la emergencia por su vecina quien lo encontró en muy malas condiciones generales, somnoliento, con gran dificultad respiratoria y edema en miembros inferiores.

Al evaluar al paciente: Tensión arterial: 90/60 mmHg; Frecuencia Cardíaca: 130 latidos por minuto(l.p.m.): Frecuencia Respiratoria: 26 respiraciones por minuto (r.p.m.). Se evidencia a la auscultación de región Cardio - Pulmonar: Tórax simétrico, hipoexpansible. Presencia de tiraje intercostal y subcostal. Ruidos Respiratorios presentes con agregados de tipo crepitantes universales.

Diagnóstico: 1. Insuficiencia Cardíaca Congestiva complicada con Edema Agudo de Pulmón.

El Sr. Patricio requería ser trasladado a un Centro Hospitalario de EMERGENCIA. Inmediatamente supe que esto sería todo un reto porque no contamos con los insumos necesarios. Pero de igual forma nos armarnos con lo que teníamos y con nuestra única ambulancia, casi sin frenos y sin parabrisas, en medio de esa noche casualmente lluviosa, decidimos partir hacia el hospital más cercano (30 minutos aproximadamente). Ese trayecto fue una agonía para mí como ser humano, pero más lo fue para el Sr. Patricio, ya que prácticamente por su condición de base no podía respirar, cada suspiro que daba lo hacía con todas sus fuerzas, él solo tenía sed de poder respirar. Algo que hacemos todos los días sin darnos cuenta, él no podía. El Sr. Patricio necesitaba oxigeno para ser trasladado en la ambulancia, cosa que no teníamos, por eso sabía como médico que la única forma de teníamos para poderlo ayudar era llegar lo más pronto posible al hospital, pero como ser humano sabía que la forma que me quedaba para ayudarlo era rezar por él. Y así lo hice, durante el camino le pedí a Dios que le evitara tanto sufrimiento y que nos permita llegar a tiempo. Les confieso con honestidad, no es fácil ver a alguien morir ante tus ojos y no poder hacer más nada. 25 minutos después llegamos al hospital, pero ya para ese momento el Sr. Patricio no tenia pulso, lo había perdido hace 2 minutos mientras ingresábamos a los establecimientos del hospital. Mi frustración fue muy grande.

Estoy muy segura que ésto no hubiese terminado de esta forma si hubiésemos tenido los insumos mínimos necesarios para hacer el traslado del paciente. Y se que así como el Sr. Patricio, muchas otras personas están pasando por lo mismo. Una vez más la escasez y la crisis humanitaria nos hunde a todos.

No escribo esto para generar polémicas ni críticas, solo expreso una realidad que sé que sí tiene una solución y como una forma de poder expresar por este medio mi vivir de cada día. Ésto forma parte de lo que soy y siempre estoy abierta a aprender de mis experiencias tanto positivas como negativas y siento que ésta me dio la oportunidad de aprender a valorar más la vida, a ser agradecido por despertar todos los días, porque todavía tanto mi familia y yo tenemos salud. Doy las gracias siempre por aprender.

Sr. Patricio que en paz descanse.