Hola Hivelianos!
¿Saben una cosa? Por fin encontré el nicho que buscaba y me refiero a esta comunidad, donde puedo escribir sobre lo que me gusta sin más limitante que estar ubicada en el marco del respeto hacia quienes me lean. Son tan diversos mis días que bien puedo estar un día en la cocina preparando una exquisita mermelada o mostaza, o quizás aliñando un rico pernil que pasara marinando unos tres días para luego ir al horno y de ahí al ahumador, como puedo pasar horas en el patio, sembrando semillas, revisando plántulas, cosechando, haciendo abono orgánico, recogiendo las gracias de los perros, en fin, actividades que probablemente alguien sea de interés.
Antes de continuar quiero hacer una breve presentación sobre mi persona y entorno. Mi granja se ubica al sur de la ciudad de Barquisimeto, región conocida como el semiárido venezolano, con la gran ventaja que estoy a 600 msnm, con un clima de montaña envidiable para el calor que hace en gran parte del estado. Estoy dedicada al 100% al desarrollo de una granja integral, cuyo objetivo es obtener alimentos que contribuyen al ahorro del presupuesto familiar, pero que en algún momento significan también un ingreso.
Soy súper activa, mi hermana dice que tan solo verme en el trajín diario se cansa por mí y por ella, claro lo dice a manera de broma y yo le respondo que eso se debe a las propiedades de la parchita que se produce sin químicos, el cual disfrutamos de diversas maneras, como por ejemplo en jugo, mermeladas, jarabes, salsas agridulces. Mis hijos ya están casados, salvo la menor de ellos que aún está con nosotros, no tengo nietos, pero tengo a Guadalupe, un minipig vietnamita que es demasiado tremendo, además de 4 perros que me acompañan todo el día.
Mi vida estos últimos 5 años ha transcurrido entre lo rural y lo urbano, en un estadio intermedio que me permite disfrutar ventajas que hay en la ciudad, pero en un entorno donde la naturaleza me permite soñar y concretar sueños. Disfruto plenamente a mis 57 años de todo, incluso situaciones adversas no dejan de ser un aprendizaje que activa mi creatividad en la resolución de problemas, espero que mis hijos que se abren paso en un mundo cada vez más complicado tengan la misma forma de afrontar sus propios caminos.
No me extiendo más con este intro, poco a poco en la calidez de la comunidad escribiré sin prisa, pero sin pausa sobre el día a día del cómo ser granjera y no morir en el intento, líneas que registraran los aconteceres de esta escribidora en un espacio que desde ya considero mi comunidad.
Barquisimeto, 2/2/22
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