Mi nombre es Susana y voy a contaros lo que me pasó con mi cuñado. Acababa de cumplir treinta años, por lo que decidimos mi pareja y yo mudarnos a un ático en el centro. Para compartir gastos, su hermano pequeño también se venía a vivir con nosotros. La verdad es que no lo conocía y bueno, me daba un poco de reparo la idea. Pero decidí que tenía que abrir la mente, ya que en definitiva, ese chico podría ser mi cuñado con el tiempo. Era una buena manera de empezar el año.
La primera vez que le vi, me quedé gratamente sorprendida, el chico tenías 25 años y era muy pero que muy mono, tenía un cuerpo espectacular, además de una voz muy sugerente. Sentí un enorme cosquilleo cuando me lo presentó mi pareja.
Recuerdo que llevaba unos vaqueros bien ajustados que le hacían un espectacular trasero, y su camisa ajustada le resaltaba sus pectorales, se notaba que era un tío que trabajaba su cuerpo en el gimnasio.
Poco a poco fuimos ganando confianza entre ambos y muchas veces le observaba como buscaba en páginas de contactos por internet, y yo pensaba que un chico así no necesitaba navegar por la web para encontrar alguien sugerente.
Un día estábamos los dos solos, así que decidí que era momento de provocarle un poquito. No pensaba en liarme con él, pero pensé que me encantaría que se quedara rendido a mis pies. Me puse muy sugerente con un short, unos botines con poco tacón que ayudaran a realzar mi figura, y un top ajustado. Rápidamente note como ese look llamó la atención de mi cuñado.
Me fui al salón donde él estaba viendo la tele, me puse junto con a él y me agaché para coger un objeto que había en el suelo. Se podría decir que le puse mis nalgas delante de su cara. Cuando me levanté, le miré y le dirigí una sonrisa. Era una manera de darle luz verde para que jugara conmigo, si bien esa acción parecía que la había paralizado, en el fondo sabía que le había encantado.
De repente le miré directamente a los ojos y como una auténtica loba en celo le dije, ‘No dices nada, ¿hay algo que no te guste de mi?’. El con voz balbuceante me dijo ‘que va, eres una mujer preciosa, pero eres la novia de mi hermano’. Me reí bastante y le dije ‘bueno ya que vamos a ser familia, sería ideal que nos conociéramos un poco más, ¿no crees?’
Dirigí mi mirada directamente a su paquete y vi que estaba poniéndose bien duro, ‘Tu soldadito está bastante inquieto, ¿me dejas mirarlo?’. Mi cuñado se quedó inmovilizado, así que me acerque a él, y le desabroche el pantalón. Se quedaba solo en slips y su paquete era descomunal, así que empecé a tocárselo.’Que guarra eres, me encanta lo que estás haciendo’ me dijo mi cuñado.
Mi cuñado a medida que lo iba masturbando, empezó a besar mi cuello mientras cogía fuertemente mis pechos. Seguí masturbándole y en un momento dado, me puse de pié y le ofrecí mi coño bien húmedo para saciar su sed. Él como buen perrito lamedor lo empezó a chupar de una forma increíble. ¡Qué bien lo hacía el muy puñetero! No quería que parara, me estaba volviendo totalmente loca.
En seguida llegué al orgasmo, por lo que había que premiar a tan esmerado chico, así que me dispuse a comerle el miembro hasta el fondo, arriba, abajo y hasta dentro. Se corrió enseguida, menudo tronco tan tieso tenía..Y me comí todo su jugo saladito, ¡fue algo extraordinario! Mi cuñado estaba totalmente entregado a mi pies.
Los dos estamos bastantes excitados, por lo que me puso a cuatro patas para darme unas buenas acometidas. Esa cosa tan descomunal me estaba haciendo ser más guarra que nunca. Su pene entraba y salía totalmente de mi vagina. La sensación era mágica y no tardamos en volver a corrernos casi al mismo instante.
Todavía teníamos más fuerza para continuar, así que mi cuñado decidió jugar con mi trasero, menudos besos me daba en mi ojete…Unos besos negros increíbles, que lubricaba perfectamente esa zona. Cuando menos me lo esperaba, mi cuñado me penetró y si bien al principio me incomodaba un poco, el muchacho lo hizo tan bien que mi trasero fue totalmente sometido. Me estaba volviendo loca.
Esta fue mi primera experiencia con mi cuñado, seguimos teniendo encuentros esporádicos y siempre tienen un componente desenfrenado y muy divertido. La familia es algo que hay que conservar y cuidar…
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