Taller amarillo
De nuevo un texto protagonizado por niños el de @mariqyes. Me encantan! Esa inocencia e incomprensión de los pequeños hacía el mundo y problemas de los mayores, que incluso hablando de una situación como las discursiones maritales que se van de mano (caso serio) crea una escena divertida y, con un poco de ternura, desde su punto de vista.
Por lo demás, creo que está bastante bien escrito aunque es probable que hubiese agradecido algo más de profundización en cómo se sienten los pequeños. Aparte de la incomprensión del lenguaje, sí saben que algo malo está ocurriendo y miedo, no sólo cuando huyen a casa de los vecinos como caso más extremo, seguro que debían sentir.
A nivel personal, no puedo evitar sentir ternura (como ya digo) ante su incomprensión, ya que me recuerda cuando mi hermano apenas tenía cuatro años y, un día, salió llorando de clase porque le habían dicho que era un “hijo de puta”... Mi madre y yo nos reímos con su pesar (no de él) porque sabíamos perfectamente que, lejos de saber el signoficado o implicación de ese insulto, sólo sabía que era algo malo y no quería que se lo llamasen a su madre... jejehe!
Jajajaajajaja! Yo disfrutaba mucho con aquellas palabrotas que escuchábamos decir a los adultos, no las comprendíamos pero el peso que tenían y el efecto que causaba en ellos nos causaba mucha curiosidad. Gracias por tu critica.