¡Buenas noches Steemians!
De antemano les agradezco sus comentarios.
Desde el Exterior
Me veo, acostada en aquella cama extraña. No quería entenderlo, no me parecía justo. La vida era injusta con las personas que no lo merecían. Habían flores y fotografías, osos de peluche y personas. Eran muchas personas, la verdad. Me miro nuevamente; mi piel era blanca, mis labios estaban casi azules, pero disfrazados con un labial barato que ni a color rosa llegaba. No entendía por qué estaba viviendo esta experiencia.
Mi vestido era de un lindo color turquesa, al menos eso si podía admitirlo. Mis pies calzaban unos hermosos tacones negros que dudaba poder lucirlos. Mi cabello, eran ondas rojizas como el atardecer de una tarde de otoño. Mis uñas estaban pintadas del mismo color que mi vestido, se veían hermosas. Tenía una capa rubor que me ayudaba a no estar tan pálida. Pero incluso con todo eso que acabo de mencionar, todo se veía gris y sin color alguno.
Me deslicé entre el gentío y admiré el lugar donde me encontraba. Paredes de un color amarillo pálido, sillas de madera color caoba y muchos trajes negros. Las flores eran lo único que le daba color a la estancia.
Seguí caminando. Mis amigos estaban en una esquina; unos tristes, otros sin emoción. Mi familia se encontraba al frente de mi cama. Mis padres, se veían extenuados, la fatiga los invadía. De vez en cuando se acercaban a mi lecho, intentando fingir una sonrisa, pensando que todo estaría bien, cuando sabían que no lo estaría en lo absoluto.
Mientras tanto seguí observándolos a todos. Sus ojos compasivos y lastimeros. Odiaba la lastima y la compasión por sobre todas las cosas. No quería ser aquella persona la que los hacía sentir de esa manera. Sin embargo, ellos no sentían lastima por mí, lo hacían por mi familia.
Deseaba gritar, pero mis gritos serian oídos por nadie.
Pronto las horas pasaron, y con ellas las personas se fueron despidiendo de mi familia y de mí. Y así, todos fueron desapareciendo, hasta que solo quedaron mis amigos más cercanos y mis padres. Ellos admiraban mi cama que era de una madera fina; cedro para ser exactos. Las sabanas eran de suave seda blanca y se sentían deliciosas.
Mis amigos se fueron, todos se despidieron de mí con un suave beso en la mejilla, prometiendo que pronto nos volveríamos a ver. No estaba segura de eso, ya no estaba segura de nada. Pude ver en ellos, simpatía y eso me calmó un poco.
Mis padres fueron los últimos en despedirse. Su emotividad era contagiosa, y no quería sentirme así. Del rostro de mi madre una lágrima cayó, mientras plantaba un beso en mi frente fría. Mi padre tomó mis manos y las acarició una vez más. Sus ojos decían que pronto volverían por mí… y yo los estaría esperando.
Entonces quede sola, sola en aquella oscura habitación. Sentía como el pánico se apoderaba de mi ser, estaba segura de que ya venían por mí.
Aun no estaba lista, no quería irme así, merecía vivir. Sentía una aprensión en mi pecho, y puse mi mano en el. No había sonido, estaba hueco y vació. Todo dentro de mí estaba afuera, perteneciéndole a alguien más. Odiaba a ese alguien, sé era egoísta por pensar así, pero lo odiaba. Sin embargo, más odiaba al hombre de la máscara; nunca sabría su nombre, nunca vería su rostro. Lo único que sabría es que él estaba afuera y yo ya no pertenecía aquí. Todo esto era su culpa.
Palpé mi pecho y lo encontré, un fino agujero. Por ahí se había escapado mi vida. Por ahí se habían ido mis sueños. Sueños que nunca llegaría a realizar.
Levanté mis manos y las vi como si fuera una suave seda, translucida a mis ojos. Desaparecían. Yo estaba desapareciendo; mis brazos ya no tenían forma, mis piernas se habían ido, parecía que flotaba como algo etéreo. Mire
mi cuerpo desde arriba, quieto y tieso. Ningún movimiento, ningún espasmo.
Ya no era nada.
Desgarrador relato. Como podras imaginar, me habla directamente en silabas entrecortadas y ojos desbordados por un llanto de lava.
Pensé mucho en publicar este relato porque de alguna forma pensaba en usted. Finalmente me decidí, esperando que al darle una voz una voz a los que ya no están, pudiésemos imaginar lo que ellos hubiesen sentido desde el otro lado.
Hiciste un excelente trabajo. Gracias
Gracias le doy a usted por leer este relato.
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Thaynk you so much, guys!
Taller del cuentoUn buen relato del sueño de la muerte, para sintetizarlo en una frase, @snowy-june. Está muy bien presentada la escena y la conciencia despierta del personaje narrador. Continúa en el desarrollo de tus posibilidades como escritora de cuentos. A propósito, ¿no estás siguiendo el que ofrece @rjguerra todos los miércoles de 7 a 9 p.m. en el servidor de @EquipoCardumen en Discord? Te lo recomiendo. Saludos.
Me alegra que haya pasado por aquí, @josemalavem. Estos días no he tenido internet y no he podido pasarme por el servidor de @EquipoCardumen. Pero lo haré pronto.