El Elegido -Capítulo 4 - Novela

El viaje no fue lo que Vincent esperaba el barco iba repleto de mercadería y personas ansiosas de probar suerte en otras tierras, a los pocos días de haber zarpado ya las ratas andaban por todos lados, Vincent pasaba todo el tiempo sobre cubierta a pesar de lo movediza que se sentía, disfrutaba respirando el aire salino, sintiéndo el fuerte viento y viendo ese inmenso mar. Se quedaba pensativo recordando el tiempo que pasó con el Sr Normand y como este lo había ayudado a mejorar como ser humano poco a poco, fue tan provechoso el tiempo que pasó junto a él, que no se había dao cuenta lo rápido que habían pasado los años.

La travesía del viaje parecía poner a prueba la valentía de quienes lo intentaban, una fuerte tormenta se desató y los desvió de su curso, el capitán mandó a encerrar a todos los pasajeros en la parte inferior del barco.
Hacinados en aquella oscuridad insoportable se encontraban, cuando se dieron cuenta que el agua comenzaba a introducirse. Como pudieron intentaron tapar las ranuras, otros pretendieron salir golpeándo la puerta, todo era en vano, el barco parecía hundirse sin remedio.
Koi al ver el desespero de Vincent se acercó a su oido y le dijo:
-Recuerda las palabras del Sr Normand, cuándo te encuentres dominado por el miedo y la angustia ora a Dios, ese es el remedio a nuestros males.
-Tienes razón Koi - dijo Vincent, oremos.

Para Vincent fue un tiempo intermninable de gritos, agua y oscuridad. De pronto fue consciente de lo que había sucedido y de que se encontraba solo, en aquella inmensidad de mar; a su alrededor solo veía restos de madera, se aferró a un madero, logrando mantenerse a flote. No sabía cuánto tiempo pasó hasta divisar una isla. Nadó hasta llegar a la orilla. Extenuado se dejó caer en la blanca arena y se quedó dormido, mientras que a sus pies y caléntandolos dormía Koi soñando con exquisitos manjares.

Despertó Vincent y vió que ya era de noche, el cielo despejado dejaba ver numerosas estrellas resplandecientes, hacía frío. Vincent pensó en que agradable sería tener la frazada azul de la casa del Sr Normand.
Miró las estrellas que brillaban y vió como una cruzaba lentamente el cielo y parecía caminar en dirección a una montaña.
¡ Qué extraño parecía cada vez verse mas grande!
¡Parecía venir a dónde él estaba!

La estrella iba agrándandose poco a poco, el resplandor era verdaderamente hermoso y parecía disminuir poco a poco su velocidad a medida que se acercaba, ahora podía ver sus colores brillantres. Comenzó a descender y verse mas grande.
Vincent la miraba asombrado, aquello se mantenía flotando a unos metros del suelo.

Fuente

Koi despertó de su profundo sueño y al verlo dijo:
¡Válgame Dios! ¿Qué es eso?

Entonces ambos observaron como la luz fue disminuyendo sin llegar a apagarse del todo, es así como pudieron ver aquel objeto de forma ovalada y color plata que se posaba en la arena.
Vincent observó en algo que parecía ser la puerta, una especie de dibujo que se le hacía familiar, en ese momento se abrió, ante la mirada atónita de Vincent y Koi.

Ambos quedaron asombrados al ver un ser que aparecía imponente ante ellos, no caminaba, parecía flotar por el aire.

Continuará...
Texto de mi Autoría