Y ahí está el otro mundo, a donde fueron lanzados sin piedad, lleno de árboles en concreto, pájaros gigantes sin vida, territorio sin fauna y flora, gentes raras envueltas en multitudes, actuando con la mudes más absoluta, cruentas paredes en calles oscuras que desdibujan amor, ternura y amistad.
Para hacer de la prostitución, él alcohol, las drogas, y él hurto, uno de los pocos medios de vida al que ahora hay que acogerse, para no morir de hambre.
Como nómadas reconocen su nueva morada, saben que su instinto de supervivencia no los abandonara, sus mentes vírgenes aprenden con rapidez esta nueva cultura aún rara y feroz, es la cultura que les ofrece a los campesinos de mi país la extraña ciudad.
En la otra cara están ellos, los del poder, comiendo de los frutos de la tierra que algún día labraron los campesinos ahora desplazados.
Haciendo debates sobre cómo ahorrarle al país un peso más para la guerra, comiendo en deliciosos festines que alimentarían a una legión entera.
Mientras que nuestros campesinos sin imaginarlo se hacen entelequias cruentas por adaptabilidad, se convierten en seres en vía de extinción.
Mujeres, niños y hombres que no entienden ¿Cómo?, ¿Por qué? Y ¿para qué? Se hace la guerra de la que ahora hacen parte, como si fuese una comedia “sin querer queriendo”
PROMETEHUM
Fuente
This post has received a 0.15 % upvote from @drotto thanks to: @peppermint24.