DANIELA

Daniela pedazo de tiempo que no se vence, Daniela del campo, de donde hierve el sol y se arrastra la guerra.
Daniela silvestre, niña poderosa y gigante aun más que los monstruos que gobiernan países.
Daniela nota de guitarra que va de traste en traste, encubriendo ciertos pecados, aullidos, escritos sin firma, las ganas.
Daniela noche celosa que le robo al cafeto sus amores, las lágrimas al roció, y al silencio mil rumores.
Daniela deja huellas de rodillas, pues camina con sus sueños y es más feliz que quien lo tiene todo y desgasta sus huellas en mares ajenos.
Daniela yeso en sus piernas y armadura en sus labios para embriagar con melodías los viejos acertijos de las mentes labriegas.
Daniela me guiñes los ojos como un ave rosa picaresca que también conozco, sabias muy bien lo que hacías, aquella mañana despiadada y fría, experta en crear amor y estampar recuerdos en mentes débiles como la mía.
Ahora me tienes pequeño lustro.

PROMETEHUM

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