Es el año 3018 y a lo largo de la historia, el ser humano ha ido ampliando horizontes. La raza humana ha ido conquistando territorios cada vez más en mayor escala. Primero fue el planeta Tierra, nuestra cuna original. Durante siglos el hombre fue ocupando las diferentes regiones de nuestro mundo primigenio hasta poblarlo completamente. Luego, desde que el ser humano aprendió las nociones del viaje a través del hiperespacio, nuestra especie se extendió por el universo cercano y hoy, en el año 3018, estamos diseminados por una veintena de mundos a los cuales se terraformó para luego colonizar.

Hoy en día la civilización humana está en todo su esplendor y se extiende más allá de nuestro sistema solar, ocupando muchos planetas extrasolares. Actualmente el planeta colonizado más alejado de La Tierra está a unos 86 años luz de nuestro mundo original. Es el planeta SAMARKANDA y allí es donde yo vivo.

LA TIERRA siempre ha sido y siempre será el centro del universo humano. El planeta está completamente urbanizado y aparte de los parques nacionales que existen en los diferentes continentes y en donde se preserva la fauna y flora original de nuestro mundo ancestral, todo está urbanizado. A través de los siglos y con el crecimiento demográfico, todas las ciudades del mundo se fueron uniendo hasta fundirse en una gran megalópolis que se extiende a través del planeta entero. El grado de desarrollo alcanzado por la humanidad es inconmensurable y la tecnología es portentosa.

Pero a mí me gusta mi planeta SAMARKANDA. Este es más pequeño que La Tierra y carece de los grandes recursos que tienen otros mundos, pero esto, lejos de ser algo malo, ha sido una verdadera bendición. En Samarkanda no hay grandes ciudades y todos nosotros vivimos en una gran campiña que se extiende a través del continente principal del planeta. Aquí hemos aprendido a vivir de una manera completamente natural y los ciudadanos de mi mundo tratamos de romper un poco con ese desarrollo tan arrebatador. aquí la moda es el retorno a la vida natural y no queremos depender tanto de la tecnología, aunque realmente no podríamos prescindir de algunas cosas, como por ejemplo del hipernet.

En la imagen de más abajo se puede observar la gigantesca meseta Mac Parr, de una altura de 5.400 metros y en el cielo, los dos satélites naturales de mi planeta. Esta majestuosa montaña está ubicada cerca de donde yo vivo y a veces subo a su cima acompañada de mi familia.

Hace poco subimos a la meseta a disfrutar de sus hermosos paisajes. Al día siguiente de celebrar mi cumpleaños fui con mi familia a pasear para allá. La cima de la meseta está cubierta por nieves perpetuas y me encanta ir a ese lugar para disfrutar del clima.

En nuestro mundo impera la paz y la armonía y agradezco mucho a Dios que el ambiente natural tan bello que fue creado para nuestro planeta y nuestro especial modo de vida, no logró ser destruido por las hordas provenientes del planeta rojo que hasta hace poco amenazaron a nuestro mundo. Nosotros y todos los habitantes de Samarkanda llevamos una vida en íntimo contacto con la naturaleza y disfrutamos mucho esa realidad.

En el mismo sistema solar, un poco más cercano al sol, está LAURENCIA o TRAPPIST-7d. En este mundo sí se encontró una variada vida nativa por lo cual, obedeciendo los tratados galácticos, nunca fue objeto de terraformación ni de colonización alguna por parte de la humanidad.

En las imágenes inferiores podemos ver algunos representantes de la fauna originaria de Laurencia. Debajo de estas líneas podemos ver un Tetraclunis variegata y más abajo vemos un Ceriterium xaprasttensis acompañado del famoso “Pájaro trompeta” (Aviclinus tromboeleptis) Este pequeño pájaro se puede observar posado en una planta a la derecha de la gigantesca bestia.

La fauna de ese planeta se parece mucho a la de la Tierra, pero a diferencia de la vida de nuestro mundo original cuya composición molecular y de su ADN se basa sólo en el carbono, en las formas animales laurencianas existe una mayor presencia de sílice el cual está mezclado con el carbono.

La flora también es diferente ya que su metabolismo se mantiene con la cromnofila, que aprovecha la luz amarilla de la luz visible, en vez de la clorofila que es utilizada por las plantas de La Tierra y que aprovecha el rojo del espectro de la luz solar. Por eso la vegetación de este planeta tiene ese color magenta y rojizo.

Bueno amigos me despido de ustedes. En una próxima entrega les contaré lo que pasó cuándo nuestro mundo y todo el universo humano, estuvo en grave peligro y lo que sucedió en esa época en la que casi fuimos arrastrados a la esclavitud por la terrible raza del planeta rojo.