Fuente-imagen base, editada por mi.
Muchas personas dicen que el perdón es una liberación de cargas emocionales, yo en lo personal considero que es algo necesario en nuestras vidas, y que últimamente se ha perdido por distintas razones que independientemente de cuales sean, al final no justifican que esto suceda.
El sentir rencor es una de las cosas que más daño puede hacer en nuestras vidas, es una carga muy pesada que desencadena muchas acciones y/o actitudes tóxicas tanto para las demás personas como para nosotros mismos.
La mente es algo increíble, muchas veces podemos somatizar lo que sentimos, es decir, exteriorizar de forma física lo que emocionalmente nos tiene mal. Existen personas que al sufrir un golpe emocional fuerte lo expresan de forma física, como por ejemplo con una fiebre, un dolor de cabeza e inclusive con una enfermedad como tal.
Es por eso que aprender a perdonar es muy importante, y aunque puede ser muy difícil para algunos, es posible e incluso sanador. El hecho de perdonar nos permite liberarnos de esa carga que nos lesiona lentamente en todos los sentidos. Debemos de perdonarnos primero a nosotros mismos y luego a los demás; de igual manera el aceptar cuando se le ha hecho daño a otra persona y en ciertos casos pedir perdón, lo cual muchas veces nuestro orgullo nos imposibilita porque la sociedad nos impone que es un acto de debilidad, cosa que en realidad es un acto de humildad y madurez emocional.
No somos perfectos, todos sabemos eso, estamos cargados de tantos defectos que es lo que realmente nos hace especiales, ¿se imaginan lo aburrido que sería si todos fuéramos iguales?
El acto del perdón nos ayuda a querernos y a crecer más en muchos sentidos, nos libera de las fuertes ataduras emocionales que el dolor y el rencor acarrean, y por lo tanto el hecho de perdonar y abrir nuestros corazones a los demás es un acto de amor, un acto de fe, un acto de humanidad. El perdonar y liberar esas cargas que nos causan dolor nos beneficia en muchos sentidos; nos permite avanzar espiritualmente, nos ayuda a encontrar paz interior, el estrés y la irritabilidad disminuyen, nuestras relaciones interpersonales mejoran, entre otros beneficios tanto para nosotros como para las personas que nos rodean.
Seguro pensarán: ¿cómo puedo perdonar así de fácil? ¿Cómo puedo dejar de sentir rencor si me hicieron mucho daño?
No es nada fácil encontrar el perdón cuando nos han hecho daño, dejar de sentir rencor es algo que se trabaja con el tiempo, sin embargo no es imposible, lo importante es realmente querer hacerlo. Encontrarnos a nosotros mismos es crucial, saber lo que realmente queremos para nuestra vida, que mejorar nuestra forma de pensar y sentir sea la meta para luego poder realmente trabajar en aceptar a los demás y/o ayudarlos a mejorar.
Hagamos el bien sin mirar a quien, el destino se encargará de colocar cada cosa en su lugar. La venganza y el rencor traen consigo amargura y dolor, por lo tanto no permiten que podamos cerrar nuestras heridas, todo lo malo podrá ser disipado por el perdón independientemente de si la persona lo merece o no, debemos pensar sencillamente, que nosotros lo necesitamos.
El perdón libera el alma y nos permite comenzar de nuevo, el perdón nos lleva hacia el amor propio; abracemos el miedo, soltemos el rencor, encontremos el perdón. Tengamos una vida plena.
Sé que muchas personas habrán leído respecto a esto que les estoy compartiendo hoy, pero siempre es buen momento de recordarlo, nunca es tarde para querernos y compartir ese amor con los demás, los dejo con la siguiente cita:
Si en verdad queremos amar, debemos aprender a perdonar. Madre Teresa de Calcuta.