"EN CHINA, ¡ QUE TRADICIÓN¡, CON LO MAS BELLO QUE TIENES LAS MUJERES, SUS PIES"

in #spanish7 years ago

Un gran saludo para los integrantes de la comunidad steemit, esperando que la información contenida en este Blog, sea de su agrado.

Existen innumerables costumbres y tradiciones en todas partes del mundo, costumbres extrañas. Cada país, región o cultura tiene sus propias tradiciones.

PIES DE MEDIA LUNA, PIES DE LOTO, PIES VENDADO EN CHINA UNA TRADICIÓN EXTRAÑA

Los conceptos de belleza cambian con el tiempo, a veces muy rápidamente, otros se mantienen y pueden arraigarse con fuerza a la cultura de un país. Eso es lo que sucedió en China con la obsesión de los pies pequeños, también conocidos como “pies de medialuna” o “pies de loto”. Las mujeres tuvieron que sufrir dolores inimaginables para complacer la mirada de los hombres o para sentirse más dignas y hermosas a ellas mismas. Mediante calzados intervenidos, a las niñas se les iban moldeando los pies según la forma que se les quisiera dar, éstos debían ser siempre pequeños; también la tendencia era que la punta fuera afilada, lo que provocaba que los dedos se enroscaran hacia la planta. 


                     

Fuente:

También llamados pies vendados, era la costumbre de aplicar una venda ajustada a los pies de las niñas para prevenir su crecimiento. La práctica posiblemente se originó entre las bailarinas de clase alta de la corte en la temprana Dinastía Song, en el siglo X, pero se propagó convirtiéndose en una práctica común en la clase alta y la burguesía. Las clases más bajas no lo practicaban puesto que impedía a las mujeres trabajar.

Los pies vendados eran un símbolo de belleza que se volvió un prerrequisito para encontrar esposo, como también una oportunidad para mujeres pobres de casarse por dinero, mejorando su estatus social y, por ende, el de su familia. Las mujeres, sus familias, y sus esposos tenían gran orgullo en los pies pequeños cuyo largo ideal, llamado “loto dorado”, era de siete centímetros,  Este orgullo se reflejaba en las elegantemente bordadas pantuflas de seda que las mujeres usaban para cubrir sus pies deformados. Caminar con los pies vendados requería doblar las rodillas levemente y balancearse para mantener el equilibrio. Esto provocaba una forma de caminar que era considerada de gran refinamiento.                              


Múltiples teorías intentaron explicar el origen del vendado de pies, desde el deseo de emular los naturalmente pequeños pies de la concubina preferida de un príncipe, a la historia de una emperatriz que tenía pies en forma de palo.

                                                           Un zapato para pies vendados.

                                                           

       Fuente:                                


                                       El largo ideal de un pie vendado era de siete centímetros.

En realidad esta práctica surgió en Nanjing, al inicio de la dinastía Song (937–975), donde se celebraba la fama de sus bailarinas, admiradas por sus pequeños pies y hermosos zapatos arqueados. Todavía durante la anterior dinastía Tang entre las estatuillas policromadas que se incluían en los ajuares funerarios dejados en las tumbas acomodadas, se hallaron algunas de mujeres a caballo, pues las damas chinas de las épocas más antiguas practicaban la equitación y el polo al igual que sus familiares masculinos, ejercicios que luego abandonarían, imposibilitadas por los pies mutilados. El vendado de pies fue primeramente practicado entre la élite y sólo en las regiones más ricas y prósperas de China. Esto revela que vendar los pies de las niñas de alta cuna, representaba su exención de realizar tareas pesadas, destinadas a mujeres de clase social baja. También indica que sus futuros maridos eran lo suficientemente adinerados como para permitirse el matrimonio con una dama a la que mantener y que esta esposa viviera sólo para complacer al marido y gobernar a los sirvientes de la casa. Por lo tanto, estar casado con una mujer con "pies de loto" era también signo de prestigio para un hombre.

                                                            

Fuente:


A principios del siglo XIX, se estima que el 40-50% de las mujeres chinas tenían pies vendados. Para las mujeres de clase alta este porcentaje era casi del 100%, Se estima que más de mil millones de mujeres chinas tuvieron sus pies vendados desde el tardío siglo X hasta mediados del siglo XX.

                                                            

Fuente:

Los pies vendados eran un símbolo de belleza que se volvió un prerrequisito para encontrar esposo, como también una oportunidad para mujeres pobres de casarse por dinero, mejorando su estatus social y, por ende, el de su familia. Las mujeres, sus familias, y sus esposos tenían gran orgullo en los pies pequeños cuyo largo ideal, llamado “loto dorado”, era de siete centímetros.6 Este orgullo se reflejaba en las elegantemente bordadas pantuflas de seda que las mujeres usaban para cubrir sus pies deformados. Caminar con los pies vendados requería doblar las rodillas levemente y balancearse para mantener el equilibrio. Esto provocaba una forma de caminar que era considerada de gran refinamiento.

El vendado de pies se volvió muy popular al considerarlo los hombres muy atractivo. Aún hoy en la ciudad china de Cantón, hay familias que se enorgullecen de tener ancestros con “pies de loto”. En la misma Cantón, a finales del siglo XIX, se volvió una práctica común vendar los pies de la mayor de las hijas de una familia de clase baja con el propósito de convertirla en una dama. La intención era que la hija lograra un matrimonio ventajoso económicamente y así hacer prosperar a la familia. A las hijas menores no se les vendaban los pies pues éstas al crecer eran destinadas a ser sirvientas domésticas. Cuando les llegaba la edad de casarse podían convertirse en concubinas de hombres ricos o esposas de obreros, campesinos o artesanos. Al no tener los pies vendados, estas mujeres podían realizar trabajos pesados en el campo, ayudar a sus maridos en sus negocios o afrontar las tareas de ama de casa y crianza de los hijos. Se asumía que las hermanas mayores, convertidas en damas gracias al "pie de loto", nunca necesitarían trabajar.

Aunque algunos reformadores cuestionaron la práctica, no fue hasta a principios del siglo XX cuando comenzó su declive, en parte por el cambio de las condiciones sociales y en parte como resultado de campañas contra el vendado de pies, considerándolo una práctica bárbara y arcaica, pues el vendado de pies provocaba discapacidades motoras de por vida en la gran mayoría de mujeres a quienes les había sido practicado. Aun así la costumbre persistió en las zonas rurales hasta que en 1949 fue definitivamente prohibida por el nuevo gobierno comunista de Mao. Al iniciarse el siglo XXI, las pocas mujeres con "pie de loto" que quedan en China, son ancianas con importantes problemas de movilidad y necesitan cuidados y asistencia continua

Un pie vendado desnudo, Un pie vendado con las vendas puestas.

                                                                                                                                                                                                                 

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El proceso empezaba antes de que el arco del pie de las niñas tuviese la oportunidad de desarrollarse plenamente. El vendado comenzaba a edad temprana, entre los 2 y los 5 años, y el doloroso proceso se prolongaba durante varios años. Solía iniciarse por lo general en los meses de invierno ya que los pies estarían entumecidos por el frío y el dolor no sería tan extremo.

Primero cada pie se bañaba y sumergía en una mezcla caliente de hierbas y sangre animal: esto se hacía con la intención de ablandar el pie para ayudar al vendado. Luego las uñas se cortaban al ras para prevenir que al crecer perforasen la planta del pie (ya que después del vendado la punta de los dedos quedaba apuntando a la planta) y provocaran infecciones. Las vendas de algodón de 3 metros de largo y 5 centímetros de ancho eran preparadas hundiéndolas en la misma mezcla de hierbas y sangre animal. Para permitir que el tamaño del pie se redujese, los dedos de cada pie eran doblados y presionados con fuerza contra la planta del pie hasta lograr romperlos.

Los dedos rotos eran mantenidos apretados contra la planta del pie mientras éste era estirado hacia abajo, formando línea recta con el resto de la pierna. El arco se rompía a la fuerza. Las vendas eran atadas repetidamente en forma de ocho, empezando en el interior del pie en la zona del empeine, pasando sobre los dedos, luego bajo el pie y alrededor del talón. Los dedos recién fracturados eran apretados firmemente contra la planta. Con cada vuelta de la venda, el vendaje se apretaba cada vez más estrechando el empeine y el talón entre sí. Esto provocaba que el pie roto se doblase en el arco y los dedos quedasen bajo ese doblez.

Los pies rotos de las niñas requerían gran cuidado y atención. Eran desvendados regularmente. Cada vez que el pie era desvendado debía lavarse meticulosamente, los dedos revisados en busca de heridas y las uñas cuidadosamente cortadas. Luego eran masajeados para suavizarlos y hacer que las articulaciones y los huesos se volvieran más flexibles. También era costumbre hundidos en una mezcla para que el tejido necrótico, si lo hubiera, se desprendiese.


Una radiografía de 2 pies vendados.

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Comparación entre un pie vendado y otro normal con radiografías

                                           

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Inmediatamente después de este procedimiento, los dedos rotos de la niña eran plegados bajo el pie nuevamente y se repetía el vendaje. Este vendado y desvendado era repetido con la máxima frecuencia posible (para los ricos al menos una vez al día, para clases más modestas 2 o 3 veces a la semana). Eran generalmente las mujeres mayores de la familia o una profesional quien llevaba a cabo el inicial quebrado de huesos y subsiguiente vendado de los pies. Esto era considerado preferible a que lo hiciera la madre, ya que la misma podría sentir culpa por el sufrimiento de su hija y estaría menos dispuesta a ajustar bien los vendajes.

                                          

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El problema más común con los pies vendados era la infección. A pesar de la cantidad de cuidados tomados regularmente como el lavado y el corte de uñas, a menudo las mismas se encarnaban e infectaban. Por esta razón, a menudo las uñas de las niñas eran extraídas en su totalidad. Lo apretado del vendaje comprometía la circulación de los dedos, que estaba prácticamente cortada y por tanto, cualquier herida tenía muy pocas expectativas de curación. Esto causaba infecciones y necrosis.

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Si la infección de los tejidos de los dedos llegaba a las falanges logrando ablandarlas, desembocaba en necrosis y desprendimiento. Sin embargo, la pérdida de dedos se consideraba beneficioso porque los vendajes podían aplicarse aún más ajustados y el pie quedaría aún más pequeño. A las niñas cuyos dedos eran más carnosos a veces les ponían pedazos de vidrio o de tejas dentro del vendaje y entre los dedos para producir un corte e infección deliberadamente. A la herida le seguía inevitablemente la infección, por lo que podía producirse la muerte por shock séptico. Las niñas supervivientes a estas infecciones tenían más riesgos de sufrir complicaciones médicas a medida que iban creciendo, puesto que dichas infecciones dañaban sus órganos internos.

Al principio del vendado muchos huesos del pie a quedaban rotos durante años. Con el tiempo, los huesos se acababan soldando, sobre todo cuando el tejido óseo se endurecía tras la etapa de crecimiento. Aún después de que los pies sanaran de infecciones eran propensos a quebrarse nuevamente, especialmente cuando la niña pasase por sus años adolescentes y sus huesos estuvieran todavía blandos. Las mujeres adultas tenían más probabilidad de quebrarse las caderas y otros huesos debido a caídas, pues su caminar era inestable y les costaba ponerse de pie desde una posición sentada.

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Los zapatos de loto son un tipo de calzado usado por las mujeres chinas que tenían los pies vendados. Los zapatos tienen forma de cono e intentan representar el capullo del loto. Delicadamente construidos con algodón o seda, eran lo suficientemente pequeños para caber en la palma de la mano. Algunos diseños tenían tacones o plantillas de madera. Estaban confeccionados en diferentes estilos y colores. Además estaban ricamente bordados con diseños de animales y flores. Las plantillas de madera o tacones de algunos modelos estaban forrados con telas también bordadas, Algunos diseños solo cabían en la punta del pie, dando así la ilusión de que era aún más pequeño escondido tras una larga falda, Hoy día aún quedan ejemplares de muchos zapatos de loto, que son atesorados por los museos y colecciones privadas como obras de arte y testigos de una práctica ya muerta.

Fuente Informativa de todo la pagina.

                                     

    Fuente:                                      

                                           UNA TRADICIÓN VERDADERAMENTE EXTRAÑA

                               DE VERDAD, VERDAD, NO HAY COMO UNA BELLEZA COMO ESTOS.

                     

 Fuente:                                 

                                                               " QUE  BELLOS, CIERTO"