Sólo de imaginarme la escena de esos padres desconsolados me parte el corazón. Pues hace un año veía como la mirada de mi mamá se llenaba de magia al verme en ese mismo lugar, y darme cuenta que la mamá de Daniel no encontraba entre la multitud a su hijo, me llena de tristeza, pues fue una madre que no tuvo la dicha de ver a su hijo convertirse en un profesional.