Sabemos que para alcanzar una meta hay que hacer sacrificios, pero una vez que terminas, sientes la satisfacción de haberlo logrado, es allí donde nos damos cuenta que Dios te bendice cada día, porque gracias a Él salimos adelante.
Muchos pasamos momentos duros durante nuestra infancia, más cuando perdemos a uno de los dos pilares fundamentales de nuestras vidas, nuestros padres, en mi caso me tocó enfrentar la enfermedad de mi padre, nos tocó fuerte, todo lo que teníamos era para pagar sus tratamientos y a veces ni para comer nos alcanzaba, teníamos que conformarnos con lo que podíamos ver en la mesa, somos 6 hermanos, mi mamá sembraba para poder mantenernos, pero luego de ese declive, mis hermanos y yo comenzamos a trabajar, estudiar y logramos salir adelante gracias a la mano de Dios, todos somos profesionales y encaminamos a nuestros hijos por ese mismo camino, enseñarlos a valorar lo que podemos darles hoy día para que ellos salgan adelante y sean grandes profesionales…
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