En la actualidad observamos cómo cada día se automatizan, todos los procesos donde antes predominaba la mano humana, haciendo de cada actividad una labor con escaso esfuerzo y capacidad mental, pero todo esto ha llegado gracias a la tecnología, invento atribuido a la especie humana; ciertamente el avance que hemos tenido en nuestra rutina diaria es beneficioso con respecto a lo cotidiano, pero a veces se ha relegado el verdadero sentido que tenemos para hacer las cosas. Cuando se presentan necesidades en nuestra vida, lo primero que viene a nuestra cabeza es la imagen de una herramienta o maquinaria altamente tecnológica, que nos haga nuestra rutina más fácil, dejando por momentos el sentido del pensamiento en un rincón muy lejano de nuestra mente. Para poder suplir nuestras insuficiencias, tenemos que hacerlo desde distintos planos y no solamente enfocarnos en una forma de realizarlo, ya que la tecnología no se merece toda la importancia que le damos, más importante es poder estar vivos.
La humanidad se ha creado un concepto de sí misma, donde la vanidad está por sobre todas las cosas, es por eso que cada vez más nos preocupamos por comprarnos el ultimo Smartphone que haya salido al mercado, la pc que mayor tecnología comprenda y hasta deseamos con obtener un superauto, de esos que ya casi nos duermen y nos llevan hasta la cama; quizás no sea culpa de nosotros pensar de esa forma, sino que nuestra naturaleza nos ha exigido ese comportamiento, pero de lo que si tenemos culpabilidad, es de no hacer nada para cambiar nuestra perspectiva de vida, por una que nos permita ser humanos nuevamente. Tenemos que comenzar a dejar nuestros pensamientos de vanidad atrás y empezar a razonar acerca de cada uno de nuestros pasos en esta tierra, solo asi podremos librarnos del destino que nos aguarda; donde la tecnología sea nuestra reina y nosotros unos simples súbditos.
Jamás la tecnología tendrá potestad sobre nuestros actos, si esta toma posesión de ellos, es porque se lo permitimos. Cuando empezamos a desarrollar nuevas ideas tecnológicas, quitamos la mirada a lo que realmente es importante y hacemos un análisis erróneo de las situaciones, dando como resultado, inventos que colocan en peligro la existencia de la especie. Como especie dominante, debemos de comenzar a encarrilar de nuevo nuestros sentidos, dejando que la tecnología obtenga el lugar que se merece en nuestra vida, que no es más que un escalafón por debajo de nuestra existencia. Es imposible que no pensemos en un futuro cubierto de tecnología, pero podemos persuadir la forma de hacer que nuestro destino tome un rumbo prometedor para nuestra vida.
Algunas personas piensan en un mundo gobernado por la tecnología, donde cada cosa que se haga, lleve un proceso mecanizado; otros imaginan un mundo más ecológico, donde se pueda quitar la tecnología de en medio y se comience a vivir con lo necesario, pero lo cierto es que podemos lograr un equilibrio, donde fusionemos los dos aspectos que luchan por el control mundial y de esta forma lograr una mentalidad más humana y menos tecnológica.