La primera mujer que tuvo la oportunidad de jugar beisbol profesional en una liga masculina fue Toni Stone, quien realmente se llamaba Marcenia Lyle Alberga. Stone se convirtió en 1953 en la primera mujer que jugó beisbol profesional cuando vistió la franela de los Clowns de Indianápolis de la Ligas Negras, con quienes defendió la segunda base. Para esos años la Liga Negra estaba en plena decadencia pues Jackie Robinson se fue en 1947 a jugar a las Grandes Ligas con lo cual se rompió la barrera del color y se abrió la puerta para que el talento afroamericano pudiera ir al mejor beisbol del mundo. De esa manera, Stone fue contratada como un atractivo para llevar gente a los estadios y medianamente lo logró, aunque también tuvo sus chispazos. Cuando firmó para el beisbol profesional se dijo que tenía 22 años, pero la realidad es que tenía 32 y ya contaba con muchos años de experiencia jugando en ligas amateurs y semiprofesionales, tanto de mujeres como de hombres. En 1953 tuvo 50 juegos de actividad, y Stone bateó para .243. Su máximo logro fue haberle conectado un imparable a uno de los mejores lanzadores de la época en las ligas negras: Satchel Paige. De hecho, Stone contó como anécdota que previo al juego Paige pasó por el vestidor de su equipo y preguntó de manera burlona cómo quería que le lanzara, si lento, medio o rápido. Ella dijo que le respondió: de cualquier manera me gusta. Comenzó el juego y Stone le conectó un imparable a Paige para el jardín central y era tanta su emoción que apenas pudo llegar a primera base. Para 1954 pasó al equipo de los Monarcas de Kansas City y fue el último, ya que las Ligas Negras desaparecieron y ella tuvo que retirarse del beisbol profesional.

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