Marcharse es verse el espejo sin sostenerse la mirada.
Qué peor sentimiento que sentirse dueño de todo, excepto de uno mismo.
Nunca sobra tiempo: a las 12 acaban hasta los peores días.
Vencido no es aquél que sigue en el suelo, sino quien muere de pie por las razones equivocadas.
Y seguimos buscando en los ojos que nos esquivan la respuesta al laberinto;
los días, grises, nos carcomen como la soledad
al que no tiene quien lo escuche;
morir no significa detenerte, sino que nadie se acuerde de ti.
Escondernos es tener un nombre y un trabajo,
sonreír cuando te sonríen
y mirar las estrellas en busca de ningún sitio.
Es eso. Es así.
Ojalá perder no costara tanto,
y la muerte fuera sólo una excusa
para detenerme a tu lado
una eternidad más...
-Dann Axkaná