Fuente
(Hecho verídico)
Los muchachos alegres, dinámicos, osados, juguetones e inventadores como ninguno.
Aquí, en Villa de Cura, estado Aragua en Venezuela, hay una comunidad populosa llamada Víctor Ángel Hernández en honor a un gran músico, o Las Rurales, como se la conoce popularmente por ser casas rurales creadas en ese entonces (hace "añales"). Esta comunidad colinda con el Cementerio Municipal.
En las tardes era costumbre de los muchachos y muchachas salir a jugar a la calle. Una "patota" de como doce chicos. Allí lanzaban "pelotica de goma", jugaban el escondido, pisé, imitaban al cantante de moda, el sano compartir, la camaradería de la calle.
Era la década de los '70.
Se ha caído la pared del final del Cementerio, hay un libre paso por allí, se pueden divisar las tumbas.
Una noche iluminada por la claridad de la luna y en época que se acercaba el Día de los Muertos, inventaron ir a esconderse allí para probar quién era el más valiente y afrontar el reto. Osaron penetrar el camposanto: Uno inventó echarle "tierra de muertos" a los otros. Terroncitos se lanzaban, esto significa horror.
Entre saltos y gritos de espanto entre ellos mismos pasaron un rato, pero en un momento dado se oyó un conteo de un niño cuya voz no reconocen y al grito del primero salieron despavoridos, o, como se suele decir, "dejaron el pelero".
"Tierra de muerto" más nunca se echaron. Jugar al escondido lo respetaron por un tiempo. Ir respetar el Cementerio ¡Más nunca! Contar lo sucedido...hasta ahora, por uno de los afectados.
Un texto muy bueno, @carmencitavdc. Me gustó leerte. Saludos