Qué sucedió con el ser humano que no entendió la identidad de Jesús. Hace 2018 años dejó claro quién es Dios; y la humanidad, no sé bien como, marca un inicio de tiempo a partir de su existencia, dividiendo los tiempos en antes y después de su venida, mas no ha habido cambio alguno porque todo sigue igual, el Dios Amor descubierto y encarnado por Jesús no ha sido visto por nadie en realidad. Los órdenes de lo establecido siguen tal como antes de su vida, el dinero no ha cedido su protagonismo y las hipócritas fariseístas apariencias permanecen presentes en las sociedades. El engaño, la mentira y el egoísmo repuntan en todo aspecto de vida. Los individualismos y los triunfos mediocres no dan lugar a las verdaderas vocaciones. La erradicación del hambre, la pobreza y la ignorancia no ha sido posible, tan simple porque solo unos pocos desean hacer suyo el brillo, que es esquivo porque solo es propiedad divina, opacando a otros y privándonos de fabulosos talentos que nos colmarían de abundancia. El amor no tiene lugar alguno aquí, es absolutamente un valor desconocido y desacreditado, se parlotea de energía pero energía es igual a amor, si el amor es ligero el tema de la energía es un disfraz. La verdad entre nosotros no existe, solo Dios es conocedor y propietario este concepto. Jesús trabajó solo, porque sus sucesores volvieron al antiguo testamento, su herencia que fue vida eterna no es loable a nuestra ignorancia. Lo material o palpable entierra la fe, la sensibilidad que revive la espiritualidad, nos presenta de cara a Dios y solo pocos osados se atreven a hacer suya esta apreciación.