Sin duda alguna, cuando nos encontramos en un momento de alegría o tristeza nuestro rostro es una clara evidencia de lo que experimentamos. El semblante, los gestos, las expresiones que en él se reflejan ante otros, da a conocer lo que está ocurriendo en nuestro interior.
Es cierto que hay personas que ante la tristeza pueden tener la capacidad de disfrazar su semblante y aparentar que “nada pasa”; pero siempre al paso del tiempo surgen evidencias de lo que realmente estaba sucediendo; siendo a veces estas evidencias terriblemente dañinas para la persona, ya que en vez de dejar salir su dolor o congoja; han estado acumulando por mucho tiempo la tristeza dentro de sí; haciéndose peor la situación y ocasionando al final una gran explosión, difícil de controlar.
La Biblia enseña: “El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate” Proverbios 15:13 (RV 1960)
Este pensamiento fue escrito por el rey Salomón, rey de Israel. Es uno entre varios de los proverbios que trata sobre el cómo la alegría influye de manera positiva a nuestro ser, tanto en lo emocional como incluso en lo externo. Y de cómo de igual manera la tristeza o congoja puede afectarnos negativamente.
Es conocida la ilustración de la “olla de presión”. Cuando no drenamos nuestros sentimientos, ya sean tristeza, rabias, etc; y éstos se van acumulando cada vez más dentro de nosotros, entonces se convierten en una “olla de presión”; que cuando ya no puede soportar más la presión ¡estallará!
De allí la importancia de siempre tratar de drenar lo que sentimos, ya sea con un buen amigo, pareja, familiar, especialistas, en fin; con alguien de confianza con quien podamos hablar y no dejar que todo aquello se acumule dentro de nosotros.
Por supuesto, es normal que en nuestras vidas pasemos por momentos en donde queramos sólo llorar por un tiempo. Ahora bien, lo importante es que en cada circunstancia como ésta podamos hallar la salida, y no concentrarnos por siempre en eso; sino lograr superarlo para así seguir avanzando; pues como dice un dicho popular “después de la hora más oscura sale el sol”.
“La alegría hermosea el rostro”
¿A quién no le gusta estar alegre? Creo no equivocarme al pensar que a toda persona le gusta estar alegre. ¡Qué hermoso se ve un rostro alegre! Se me viene a la mente la imagen de un pequeño niño, un bebé cuando sonríe. La mayoría de las personas cuando vemos a un pequeño bebé con esa sonrisa tan sincera, tierna, dulce, hace surgir también en nosotros una sonrisa (haz la prueba ahora mismo, imagínate a un bebé sonriendo, creo que ya tienes una sonrisa dibujada en tu rostro también).
La sonrisa, y aún más una buena “carcajada” es altamente contagiosa. ¿A cuántos no les ha ocurrido que cuando alguien más está riendo a carcajadas; de manera inexplicable surge en nosotros una necesidad de reír también; y muchas veces sin saber el motivo de la risa? Simplemente se nos contagia.
La risa es una de las formas en la que como seres humanos podemos expresar nuestra alegría. Ya que otros seres vivos como los animales por ejemplo, no tienen esta capacidad.
La risa es por lo tanto un acto natural e instintivo. Y en ella se encuentran un sin número de beneficios asombrosos para nuestra salud física y emocional. Estudios realizados así lo demuestran.
Entre los beneficios de la risa se encuentran:
- Ayuda a reducir el colesterol
- Fortalece el sistema inmunológico; se ha comprobado que la risa ayuda a combatir el cáncer, entre otras afecciones. Por esto es que se han creado diferentes fundaciones y grupos a nivel mundial que se encargan de llevar alegría por medio de payasos, juegos, canciones, a pacientes con cáncer tanto niños como adultos.
- Otro beneficio de la risa, es que ayuda a combatir el stress y la depresión.
- Una persona que sonríe constantemente, es una persona más positiva ante la vida.
- Tener una buena sonrisa aumenta la expectativa de vida: ya que al sonreír se pueden aumentar 5 años más de vida en comparación con una que no lo hace.
(Tomado de El Espectador )
En fin la risa, el reír, el mantenernos alegres nos ayuda, y mucho.
Es nuestra decisión
De manera que no se equivocaba el sabio Salomón cuando dijo: “El corazón alegre hermosea el rostro”. Otro proverbio relacionado a este dice: “El corazón alegre constituye buen remedio; más el espíritu triste seca los huesos” Proverbios 17:22 (VR 1960)
Mantener una sonrisa que hermosee nuestro rostro y por tanto nuestro ser completo, es cuestión de actitud, es cuestión de decisión.
Somos nosotros quienes decidimos qué hacemos, qué pensamos, qué actitud tendremos ante la vida. El vivir alegres o no al fin y al cabo será tu decisión, mi decisión.
Siempre habrá motivos para alegrarnos, aún en medio de las dificultades o circunstancias que puedan acarrear en su momento tristezas en nuestras vidas. Está en nosotros decidir si dejar que esa tristeza viva y se apodere de nosotros hasta el punto de llegar a controlar y hasta definir quiénes somos “personas tristes” o decidimos cambiar esa imagen y así tener una actitud diferente y disponernos a “sonreírle a la vida”.
Comencemos desde hoy a sonreír más. Vence la tristeza con una buena sonrisa.
Muy buen post @jazur me identifique con mucho de los que dices! gracias por compartir esto! la sonrisa del bebe funcionó conmigo jeje Saludos