A MANERA DE INTROITO

Si bien las tradiciones y consejas familiares testimonian y rinden cuenta del apego, por parte de mi abuelo paterno, a la décima popular y, por tanto, del cultivo del canto de galerón; es pertinente dejar aquí por sentado que mis afectos por dicho género despertaron a raíz de mi hermandad con un verdadero maestro de dicha modalidad del arte poetica. Me refiero al juglar carupanero (Carúpano estado Sucre, Venezuela), Enrique Viñoles Peña.

Como reconocimiento a este verdadero baluarte del legado de Espinel, me permito compartir con ustedes el recuerdo de una especial conversación con mi fraterno Viñoles.

Salud,
Raúl Salmerón
“El Curriñatá Cantor”

| De Imágenes Personales |

VIÑOLES: EL POETA CUSMERO

(Por Raúl Salmerón)

DÉCIMA PETITORIA

El tres, tres, dos veintitrés,
ocho, nueve; tiene falla:
alguien llama y él “se calla”
con notoria escualidez.
Carece de nitidez,
por ello te he de rogar
si a tu alcance puede estar,
y disculpa la exigencia
hermano –con suma urgencia-
lo mandes a revisar.

E.V.P.

El autor de tan afectuosa y original manera de requerir, mediante una décima, el mantenimiento de un servicio público (En este caso la reparación del teléfono) es Enrique Viñoles Peña; mejor conocido en Carúpano y el resto de la Costa de Paria como “El Poeta Cusmero”, seudónimo éste convencionalmente entendido, dentro de la elite o cofradía de los galeronistas, como un auténtico nombre de batalla.

| Imagen: Enrique Viñoles Peña "El Poeta Cusmero" |
| Fuente: Banco personal de imágenes |

En relación a la décima, dice Jesús Herrera Peña, investigador español contemporáneo del Arte Poética:

“Esta estrofa se compone de diez versos de Arte Menor, generalmente octosílabos, de rima consonante. Se trata de una de las estrofas más bellas y más difíciles de componer, a la que sólo se han atrevido a acercarse los más grandes poetas”. Al respecto, Viñoles opina que, “Al ser los habitantes de esta región del Caribe, descendientes de andaluces, es natural en nosotros frasear en octosílabos: ‘¿Ya pagaron la quincena?’ ‘Cada rato me equivoco’. O en cualquier caso, se inventa el octosílabo: ‘La bendición, papaíto’, ‘Dios te bendiga, mi hijo-o’. El silabeo rítmico está muy metido entre nosotros, a tal punto que hasta en los titulares de prensa lo vislumbramos: ‘Apresado delincuente’, ‘Arrollado comerciante’. De modo que, si hablamos en octavas, no hay dificultad en hacer versos octosílabos; pero tomando en consideración que deben ser octosílabos ricos, en donde la palabra sea exaltada a su máximo nivel”.

Se comprende así, entonces, el éxito y la pervivencia de la décima o espinela en nuestro medio. Y de allí que se cumpla también esta premisa para otras regiones caribeñas de similar influencia étnica, que también conservan entre sus expresiones folklóricas la espinela: El Punto Guajiro de Cuba, la Bamba de Veracruz (México), los aguinaldos de Puerto Rico, el Torbellino de Colombia, la Mejorana de Panamá…

Enrique Viñoles, es nacido en Cusma, población rural aledaña a Carúpano. Según nuestro poeta “Se tiene conocimiento que ya existía, como una comunidad Chaima, en la época en que estuvo aquí Monseñor López de Haro. Y precisamente está ubicada cerca del primer asentamiento que tuvo Carúpano, que fue Carúpano Arriba”. Siendo que, desde niño, vive en el canto y el canto dentro de él (“Mi amor por el verso y el canto me viene de Mi Viejo, que Dios me lo guarde”), no le ha quedado más remedio que convertirse en un ferviente estudioso y amante divulgador de la espinela. Nos explica que “La décima arcaica era una composición resultante de la unión de dos quintillas, cuyos versos rimaban alternadamente. En 1591, Vicente Espinel (Músico andaluz nacido en la ciudad de Ronda, a quien se atribuye el haber agregado la quinta cuerda a la guitarra, así como también la afinación de la bandola tal como se conoce en nuestros días) publica su libro ‘Diversas Rimas’, en donde presenta lo que hasta ahora es la forma de componer décimas ‘espinelas’, bajo el esquema abbaaccddc, que particularmente le confiere a este género grandes recursos expresivos”.

FIN DE LA PRIMERA PARTE

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