Reinterpretación de los mitos: Atlantida

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Numerosos escritos antiguos citan una antigua ciudad que desapareció sin dejar rastro. Pero pocos conocen la verdadera historia que se esconde detrás del mito. La ciudad de la Atlantida sin dudas existió. Solo sabemos las historias pasadas por tradición oral en la antigua Grecia. Pero cualquier tecnología lo suficientemente avanzada puede parecer obra de un Dios. Estudios más recientes descubrieron que los Atlantes eran una raza muy evolucionada. Tecnológicamente avanzada, con generaciones de incursión en las mejoras genéticas. Eran altos y delgados, aunque muy fuertes y resistentes, de tez blanca casi transparente y ojos grandes.

Su tasa de nacimientos es baja, pero mantenían la reproducción sexual como mamíferos tradicionales. Su genética era tan perfecta y estable que podían pasarla de manera biológica. Si bien eran una raza muy disciplinada entendían la importancia del descanso y el esparcimiento. Sus edificaciones son piezas de arquitectura exquisitas, incrustaciones de joyería combinadas con técnicas de construcción modernas. La ciudad estaba cubierta por un enorme domo de vidrio y en su interior el clima y la temperatura estaban especialmente calibrados.

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Los Atlantes tenían una sociedad muy organizada. Hubo una etapa de debates especialmente calientes. Su sociedad estaba basada en las decisiones tomadas en el “filosofario” . Una estructura ancestral en el centro de la isla. El único edificio construido en roca cruda y barro. No tenía piedras preciosas ni ornamentaciones ostentosas. Era más bien un antiguo edificio de dos plantas. El centro era enorme. Rodeado de gradas donde los delegados se reunían. Era el campo de lucha de las ideas, el centro político de la ciudad. Allí se marcaban las metas, los caminos y los métodos. El debate era crudo y hasta hostil, muy raro entre los fríos atlantes. Recientes descubrimientos en biología sintética dividieron en dos a la sociedad. Habían desarrollado una célula neuronal de capacidades superiores. Pero su impacto en los individuos era muy difícil de mensurar. Prometía mejorar la resistencia a emociones fuertes sin afectar la efectividad del goce. Aumentaba la resistencia mental y podía amplificar las habilidades telepáticas. Se hacían pruebas en los simuladores tradicionales pero los resultados eran inconclusos.

Una rama de militantes de la tecnología, los más radicales, demandaban permiso para probar la tecnología en ellos mismos. Pero por sus propiedades hereditarias, cualquier uso en la población podría ser un peligro futuro. Pasaban las horas y en la cámara los ambientes empezaban a tornarse espesos. Se negó la aprobación de la modificación y un puñado de senadores abandonaron el salón a los gritos.

Resentidos los radicales tecnológicos comenzaron un proyecto en secreto. El grupo no se animaría a modificarse sin permiso. La sociedad atlante tenía cero tolerancia a las fisuras en el protocolo genético. Pero algunas reglas pueden doblarse sin llegar a romperse. Estuvieron trabajando varias lunas sin descanso hasta que terminaron. En la fauna del planeta tenían catalogada una especie de primate más evolucionado que la media. Se liberó un dron que pudo dispersar unas dosis de mutágeno en una pequeña tribu de primates. Luego se camufló con el entorno para monitorear a los sujetos de pruebas. Los Atlantes son una raza longeva y paciente y las décadas pasaron en calma. Unos años después comenzaron a ver cambios de conducta en los primates. La nueva camada, más alta que la anterior estaba erguida dando órdenes y organizando.

Entusiasmados los atlantes comenzaron a recopilar información y a documentar los avances en esta raza originaria de la tierra. Con los años los primates comenzaron a expandirse a un ritmo acelerado. Los mandos centrales aún permanecían a oscuras e ignoraban lo que se cocinaba. Los atlantes no conviven con otras especies inteligentes. Van como nómadas por el cosmos y se asentaban donde la vida era primitiva unos milenios y luego se retiran cuando alguna especie empezaba a desarrollar inteligencia colectiva.

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Cuando la población Atlante se enteró de esta insurrección comenzaron nuevamente los virulentos debates. Pero ahora con la documentación de los efectos. Los radicales de la tecnología estaban cabizbajos y en silencio mientras eran el centro de la ira parlamentaria. La nueva raza de primates mostraba resultados contundentes. Si bien habían visto sus capacidades intelectuales aumentadas había fallos graves. Eran una raza muy irascible y de temperamento volátil, comenzaron a formarse castas y de ser una raza pacífica de recolectores pasaron a ser una especie violenta y conquistadora. Los colegas de la cámara estaban en furia iracunda. La insurrección de esa facción les obligaba a abandonar el planeta antes de tiempo y el experimento había sido un fracaso. Los rebeldes perdieron vieron sus privilegios revocados y perdieron influencia en la sociedad.

Esa noche, los humanos vieron una nueva estrella. La isla era en realidad una enorme nave espacial. Con un fuerte rugido abandonaba el planeta en busca de un nuevo hogar. Su nombre original era Astrántida, en la tradición oral se pasó como Atlántida. Su historia se fue distorsionando y la mítica isla fue confundida como una tribu perdida de la humanidad. Así lo contaron los abuelos a sus niños y fueron forjando las primeras historias de la joven raza terrestre. Sin que nunca se supiera o sospechara que somos el invento fallido de una raza superior.

Amigos ciudadanos de la blockchain! Espero que hayan disfrutado el post y nos estamos leyendo la próxima!

DIganme que les pareció en los comentarios, este post es parte de la iniciativa de Humanitas. Pueden encontrar la propuesta para esta iniciativa AQUI

SPANISH VERSION (click here!)

English:

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Numerous ancient writings cite an ancient city that disappeared without a trace. But few know the true story behind the myth. The city of Atlantis undoubtedly existed. We only know the stories passed down through oral tradition in ancient Greece. But any sufficiently advanced technology can seem like the work of a God. More recent studies have found that the Atlanteans were a highly evolved race. Technologically advanced, with generations of foray into genetic enhancements. They were tall and thin, yet very strong and resilient, with almost transparent white skin and large eyes.

Their birth rate was low, but they maintained sexual reproduction like traditional mammals. Their genetics were so perfect and stable that they could pass it on biologically. While they were a very disciplined race, they understood the importance of rest and recreation. Their buildings are exquisite pieces of architecture, inlaid with jewelry combined with modern construction techniques. The city was covered by a huge glass dome and inside it the climate and temperature were specially calibrated.

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The Atlanteans had a very organized society. There was a period of particularly heated debates. Their society was based on decisions made in the "Philosopharium". An ancient structure in the center of the island. The only building built of raw rock and clay. It had no precious stones or ostentatious ornamentation. It was rather an ancient two-story building. The center was huge. Surrounded by stands where the delegates met. It was the field of struggle of ideas, the political center of the city. There the goals, the paths and the methods were marked. The debate was crude and even hostile, very rare among the cold Atlanteans. Recent discoveries in synthetic biology divided society in two. They had developed a neuronal cell with superior capabilities. But its impact on individuals was very difficult to measure. It promised to improve resistance to strong emotions without affecting the effectiveness of enjoyment. It increased mental resistance and could amplify telepathic abilities. Tests were carried out in traditional simulators but the results were inconclusive.

A branch of technology activists, the most radical, demanded permission to test the technology on themselves. But due to its hereditary properties, any use in the population could be a future danger. The hours passed and the atmosphere in the chamber began to become thick. Approval of the modification was denied and a handful of senators left the room shouting.

Resentful, the technological radicals began a secret project. The group would not dare to modify itself without permission. Atlantean society had zero tolerance for cracks in the genetic protocol. But some rules can be bent without being broken. They worked tirelessly for several moons until they finished. In the fauna of the planet they had catalogued a species of primate more evolved than average. A drone was released that was able to disperse a few doses of mutagen in a small tribe of primates. It then camouflaged itself with the environment to monitor the test subjects. The Atlanteans are a long-lived and patient race and the decades passed calmly. A few years later they began to see behavioral changes in the primates. The new litter, taller than the previous one, was upright giving orders and organizing.

Enthusiastic, the Atlanteans began to collect information and document the advances in this race native to Earth. Over the years, the primates began to expand at an accelerated rate. The central commands were still in the dark and unaware of what was brewing. The Atlanteans do not live with other intelligent species. They roam the cosmos as nomads and settle where life was primitive for a few millennia and then retreat when some species began to develop collective intelligence.

When the Atlantean population learned of this insurrection, the virulent debates began again. But now with the documentation of the effects. The radicals of technology were downcast and silent as they were the center of parliamentary anger. The new race of primates showed conclusive results. Although they had seen their intellectual capacities increased, there were serious flaws. They were a very irascible race with a volatile temperament, castes began to form and from being a peaceful race of gatherers they became a violent and conquering species. The colleagues of the chamber were furious. The insurrection of that faction forced them to leave the planet early and the experiment had been a failure. The rebels lost their privileges revoked and lost influence in society.

That night, the humans saw a new star. The island was actually a huge spaceship. With a loud roar it left the planet in search of a new home. Its original name was Astrántida, in oral tradition it was passed down as Atlantis. Its history was distorted and the mythical island was mistaken for a lost tribe of humanity. This is how grandparents told it to their children and they forged the first stories of the young terrestrial race. Without ever knowing or suspecting that we are the failed invention of a superior race.

Citizen friends of the blockchain! I hope you enjoyed the post and we look forward to the next one!

Tell me what you think in the comments, this post is part of the Humanitas initiative. You can find the proposal for this initiative HERE

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