Quiero compartirles una experiencia de vida que tiene que ver con con un recuerdo que atesoro de mi niñez y se relaciona de manera muy directa con un momento inolvidable que tuve con las bicicletas, mis padres y mis hermanos. Esta situación indudablemente ha repercutido mucho en mi vida en la adultez y de una manera muy particular en la experiencia que he tenido con mis hijos y las bicicletas.

Hace muchos años en mi adolescencia nos invitaron un domingo a un compartir familiar, un poco retirado de nuestro hogar, para ese entonces yo tenia mi primera bicicleta y le sugerí a mis padres que sería maravilloso que fuéramos en bicicleta al compartir. Para mi gran sorpresa mis padres accedieron nunca pensé que lo harían, fue algo muy mágico, recuerdo que mi padre llevaba la bicicleta de un tío quien se la prestó para la ocasión y junto con mi papá iba una hermana, mi mamá le pidió la bicicleta prestada a una vecina y allí iba con mi hermano menor, mi otro hermano iba en su bicicleta y yo iba en la mía con mi otra hermana.

Fue un día espectacular, que quedará grabado en mi mente creo que para siempre, no recuerdo a donde fuimos, ni que hicimos, pero recuerdo ver a mi familia en bicicleta y es uno de los mejores recuerdos de mi vida.

Como madre he recreado muchas veces ese momento, mi hijo mayor le encantan las bicicletas, él en estos momentos está en otro país pero antes de irse vivimos muchas experiencias en bicicletas y muchas veces la recordamos cuando en videollamadas hablamos de nuestros recuerdos, sueños y anhelos. Recordamos sobre todo cuando hacíamos competencias a ver quien llegaba primero; por supuesto, él siempre ganaba.

Papá Noe le regaló una bicicleta a mi hija, ella aprendió a manejarla pero nunca quiso usarla, no tiene mucha afinidad con las bicicletas, es de las personas que se marean de solo verlas. Nunca entenderé a un ser humano que no le encante una bicicleta, pero existen, mi hija es una de ellas.

Mi hijo menor, al igual que yo, adora las bicicletas, a veces lo tengo que obligar a caminar hasta la bodega, siente un especial cariño por su bicicleta y si por alguna razón se daña, siento como madre que no es el mismo niño feliz e inmediatamente busco la manera de arreglársela.

Y en cuanto a mí; soy la única de mis hermanos que tiene un gran amor hacia las bicicletas, de ellos tal vez, mi hermano menor es el que ha tenido más contacto con ellas pero no le llaman la atención; solo como medio de transporte y nada más.

No obstante; lo que quiero reflejar aquí en este post y video, es ese momento especial que comparto cada vez que mis hijos y yo hemos paseado y tenido momentos de recreación en familia, utilizando ese maravilloso medio de transporte que es nuestro tesoro mas bello:

La Bicicleta

Gracias por leerme y ver el video, me gustaría dejaras un comentario o sugerencia y estaría feliz de leerlo y responderte.

Mil Bendiciones