El que está destinado a morir ese día, simplemente muere, en uno o en diez minutos. Algunos ahogados, lo son no porque no sepan nadar o porque hayan recibido un fuerte golpe la ola; algunos presentan dificultades en el agua por un calambre que les resta su movilidad y otros hasta un infarto pueden tener. He visto cómo actúan los salvavidas, uno de ellos salvó la vida de una de mis hijas en la piscina de los Caracas. Todos gritaron "se ahoga la niña! saquen esa niña!" y mientras yo buscaba a todos lados dónde estaba la mía, un flaco moreno, muy delgado y vestido con minúsculo traje de bañp se lanzó al agua y en menos de dos minutos sacó a mi hija y me la trajo con vida. De ese hecho ya pasaron 33 años. Saludos @joserafaelhf