A PICTURE IS WORTH A THOUSAND WORDS/ THE PRIZE/ EL PREMIO (English-spanish)

What do I see in the image? A boy or girl painting. That image immediately took me back to childhood, I remembered myself painting, letting myself be carried away by the creative impulse in a free, spontaneous way. enjoying what he did. When we are adults we lose that spontaneity, that way of doing things without prejudice, without prior ideas like “is this okay?” “Is it pretty?” Since I was a child I have been very clumsy with my hands, I have no ability or talent to draw or paint. But when you are a boy or girl and you paint like that, freely, that doesn't matter, if it's good or not, if you have talent or not.

After the first impression I thought about the not always easy journey for those of us who choose an artistic career. Although I am not a painter or visual artist, I am a poet and the path of a writer can be as complicated as that of a painter. Then I saw the image again and thought about what story I could write inspired by that proposed image... and I decided that I had to write about a woman painter, her path, because I think being a woman and an artist is still a little more difficult than being a man and an artist. . How many famous female painters do you know? How many famous male painters do you know? There are many more men, right? I share with you this story of my authorship inspired by the proposed prompt. I hope you like it.

When Sofía received the phone call in which she was notified that a renowned jury had awarded her the first prize at the Mercedes Pardo National Art Biennial, for her work “Kaleidoscope of a Naked Woman”, she could not believe it, she was speechless, I felt such an emotion that I didn't know what to do with it. She wanted to laugh and cry at the same time. The president of the jury, the prominent critic Carlos Levy, asked her on the other end of the line: "Are you Sofía Radonsky? Are you listening to me? Are you okay?" ―Yes, excuse me, she responded, I'm Sofía Radonsky, I heard you perfectly. The news has left me speechless, I am very excited. Thank you for informing me, Mr. Levy. What should I do?

Many years had passed since her work “Puzzle of a psychotic woman”, inspired by her mother's schizophrenia, was rejected to participate in the “Global Cities” exhibition organized by the Museum of Fine Arts and a few more years when her master's degree in the National Academy had told her: “Sofía, are you sure you want to dedicate yourself to this?” It seems that you don't have a sense of harmony, of proportions. This is a world to which you have to dedicate many years, a very competitive world, especially for a woman. How many famous female painters do you know?

But she remembered herself from when she was a little girl painting, mixing colors, filling her hands with paint. She enjoyed nothing so much, that they opened the paints to her, gave her the brush and the leaves to paint and fill the empty leaves a moment before, with colors that made her vibrate. When he grew up his mother still gave him the paintings, his father was not happy with his decision to leave formal education and choose to enroll in the painting academy. He did not want a life as an artist for his daughter, a life of hardship. He tried to convince her to also study a university degree, which would lead her to a prosperous and peaceful future, but the only thing Sofía loved was painting and she completely refused to waste her time at a university studying “a lucrative career.”

As soon as she received the call from the critic Carlos Levy, she would have liked to call her mother, tell her about her triumph and celebrate it together, but she couldn't do it, in the institution where she was hospitalized she wasn't receiving calls. She went to visit her to tell her, to share with her her triumph, for many years her mother had supported her vocation, had encouraged her, had embraced her when she had encountered difficulties along the way. It seemed like she was very far away, but when Sofía told her the news, she hugged her daughter, and her eyes clouded over..

That night, when Sofía Radonsky went up on stage to receive the Award, and heard the applause, and felt happy and proud of her triumph, she was accompanied by that girl who was waiting for Sunday, the day she liked the most, because that day her Mother would find him the vibrant colored paints, the brush and the blank sheets of paper, she would play happy music for him to paint. The world was becoming a happy place.

¿Qué veo en la imagen? Un niño o una niña pintando. Esa imagen me llevó inmediatamente a la infancia, me recordé a mí misma pintando, dejándome llevar por el impulso creativo de manera libre, espontánea. disfrutando lo que hacía. Cuando somos adultos perdemos esa espontaneidad, esa manera de hacer las cosas sin prejuicios, sin ideas previas como “¿está bien?” “¿está bonito? Yo desde niña he sido muy torpe con las manos, no tengo habilidad o talento para dibujar o pintar. Pero cuando eres niño o niña y pintas así, libremente, eso no importa, si está bien o no, si tienes talento o no.

Luego de la primera impresión pensé sobre el trayecto no siempre fácil de quienes elegimos una carrera artística. Aunque no soy pintora o artista plástico soy poeta y el camino del escritor puede ser tan complicado como el de un pintor. Entonces volví a ver la imagen y pensé qué historia podía escribir inspirada en esa imagen propuesta…y decidí que tenía que escribir sobre una mujer pintora, su camino, porque ser mujer y artista creo que sigue siendo un poco más difícil que ser hombre y artista. ¿Cuántas mujeres pintoras famosas conoces?¿Cuántos hombres pintores famosos conoces? Son muchos más los hombres ¿verdad? Te comparto este relato de mi autoría inspirado en el prompt propuesto. Espero que te guste.

Cuando Sofía recibió la llamada telefónica en la que le notificaron que un reconocido jurado le había otorgado el primer premio de la Bienal de Arte Nacional Mercedes Pardo, por su obra “Caleidoscopio de mujer desnuda”, no lo podía creer, se quedó sin habla, sentía una emoción tan grande que no sabía qué hacer con ella. Quería reír y llorar al mismo tiempo. El presidente del jurado, el destacado crítico Carlos Levy, le preguntó del otro lado de la línea: ―¿Es usted Sofía Radonsky?¿Me escucha?¿Está usted bien? ―Sí, disculpe, respondió, soy Sofía Radonsky, le escuché perfectamente. La noticia me ha dejado sin habla, estoy muy emocionada. Gracias por informarme, señor Levy. ¿Qué debo hacer?

Muchos años habían pasado desde que su obra “Rompecabezas de mujer psicótica”, inspirada en la esquizofrenia de su madre, fue rechazada para participar en la exposición “Ciudades globales” convocada por el Museo de Bellas Artes y algunos años más cuando su maestría en la Academia Nacional le había dicho: ―Sofía, ¿estás segura de que quieres dedicarte a esto? Parece que no tienes un sentido de la armonía, de las proporciones. Este es un mundo al que hay que dedicarle muchos años, un mundo muy competido, especialmente para una mujer. ¿Cuántas pintoras famosas conoces?

Pero ella se recordaba desde que era una niña pequeña pintando, mezclando colores, llenándose las manos de pintura. Nada disfrutaba tanto, que le abrieran las pinturas, le dieran el pincel y las hojas para pintar y poblar las hojas vacías un momento antes, con colores que la hacían vibrar. Cuando fue creciendo su madre aún le entregaba las pinturas, a su padre no le hizo feliz su decisión de dejar la educación formal y que eligiese inscribirse en la academia de pintura. No quería una vida de artista para su hija, una vida de penurias. Intentó convencerla de estudiar también una carrera universitaria, que la llevase a un futuro próspero y tranquilo, pero Sofía lo único que amaba era pintar y se negaba por completo a perder su tiempo en una universidad estudiando “una carrera lucrativa”.

Apenas recibió la llamada del crítico Carlos Levy hubiese querido llamar a su madre, contarle su triunfo y celebrarlo juntas, pero no podía hacerlo, en la institución donde se encontraba internada no recibía llamadas. Fue a visitarla para contarle, para compartir con ella su triunfo, durante muchos años su madre había apoyado su vocación, la había estimulado, la había abrazado cuando había encontrado dificultades en el camino. Parecía estar muy lejos, pero cuando Sofía le dio la noticia abrazó a su hija, y sus ojos se nublaron.

Aquella noche, cuando Sofía Radonsky, subió al escenario para recibir el Premio, y escuchó los aplausos, y se sintió feliz y orgullosa de su triunfo, la acompañaba esa niña que esperaba el domingo, el día que más le gustaba, porque ese día su madre le buscaba las pinturas de colores vibrantes, el pincel y las hojas en blanco, le ponía un música alegre para que pintase. El mundo se hacía un lugar feliz.