Creo que hay un principio que vale en este caso, no hagas lo que no te gusta que te hagan o, mejor aún, trata a los demás como te gustaría ser tratado, independientemente de las circunstancias.
Creo que cuando somos adultos mayores, cosechamos lo que hemos, sembrado, o al menos así debería ser. Un padre o una madre amorosa, que siempre ha velado por sus hijos y por las personas de su entorno, no merecen menos que eso y en, muchos casos, ni siquiera se trata de merecimiento, sino de dar a quienes amamos lo mejor de nosotros.
Es una bonita tarea la que has asumido de crear conciencia en cuanto al valor y cuidado del adulto mayor.
Un abrazo.
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Pero podemos, como familia, ir corrigiendo las deficiencias.
Mucha gente me ha dicho que un adulto solo es porque ha cosechado esta circunstancia y no, no es así al revisar la vida y la realidad geopolítica en la que vive; somos culturalmente responsables de irlos apartando y de que los tengamos con tantas deficiencias.
Conozco adultos mayores maravillosos, que han sido pilares para el desarrollo de otros, que que están solos, medio atendidos por algún familiar lejano o algún vecino; no se lo merecen, pero, es lo que nos enseñan los gobiernos, a desecharlos, comenzando por la institucionalización; y luego, la cultura de la productividad, que nos invita a hacerlos a un lado.
Lo sé, hay padres que luego de abandonar a sus hijos quedan solos en la vejez, y es probablemente el camino lógico, pero, si tuvieramos la consciencia de que somos iguales, que valemos lo mismo, que pertenecemos a una especie privilegiada entre los seres vivos, deberíamos hacernos cargo de ellos, independientemente de sus acciones anteriores, porque todos cometemos errores.
Es un tema álgido porque todos llegaremos hasta allí naturalmente; por eso hay que revisar toda reflexión.
Te gradezco mucho que comentes y que prolongues mis temáticas, pues siempre espero las tuyas reflexivas.
Un abrazo grande. Y bueno, tú, @syllem eres muy buena para ayudarme a crear un campo de lucha, me consta.
Entiendo tu punto amigo, en medio de mi reflexión hecha comentario, llego a la conclusión de que ni siquiera se trata de merecimiento, cuidar de otros y más cuando son indefensos, es un acto de amor.
Ese abandono que vemos no habla de los adultos mayores, sino de nosotros como sociedad y peor aún, de nosotros como seres humanos.
Otro gran abrazo.