¿Quién soy? # 9. Vivir y Morir

La vida es un regalo, cada día a despertar, somos afortunados de estar en este mundo y poder crear experiencias y estar con las personas que nos importan, verlos, crecer o envejecer. Es una bendición, cuando podemos levantarnos de la cama, sentir fuerza y vitalidad, poder hacer nuestras cosas sin depender de nadie.

Hay personas que ocupan sus vidas trabajando para tener todos los bienes o acumular dinero, pero al final nos vamos con las manos vacías, solo nos quedan las vivencias. Si dejamos cosas importantes de lado, no las podemos recuperar, por eso hay que vivir sin acaparar o con cosas innecesarias. El dinero es importante, pero también debemos vivir a nuestra manera haciendo lo que queramos, ya que al final como vinimos al mundo nos vamos sin nada material. Hay algo que siempre tengo presente que son las últimas palabras de Alejandro Magno

Siempre recuerdo esto, ya que la comprensión de la muerte nos hace apreciar vivir. Podemos morir en cualquier momento, eso es inevitable, es algo que no podemos controlar, lo que sí podemos hacer es vivir a gusto con lo justo y necesario.

¿Cómo podemos vivir si podemos morir en cualquier momento? Disfrutando de nuestro presente, de la persona que tenemos al lado. Aunque muchos sabemos de esta realidad, muy pocos se detienen a pensarla con claridad. Muchas veces se olvida de esto y es cuando dejamos muchas oportunidades pasar, nos centramos en cosas sin sentido y no disfrutamos del mejor regalo que es la vida.

Yo he tenido algunas experiencias cercanas a la muerte que me hizo ser más consciente y cambiar algunas cosas que después de reflexionar estaba haciendo mal. Hace años estaba, enferma y a mi mamá le recomendaron un remedio casero. Me lo preparo y me lo tome.

Al poco tiempo empecé a sentir pequeños temblores en el cuerpo, no le tome importancia y después convulsione, fue una experiencia horrible yo me estaba bañando me ayudaron a vestirme y cuando consiguieron transporte allí perdí la capacidad para hablar, fue muy feo, ya que estaba consciente pero mi cuerpo no.

Me llevaron a un centro médico y con convulsiones e intoxicación no que quisieron atender así que fueron a otro y allí empecé a recobrar el habla, sentía que podía morir eso me cambio mucho, pase mucho tiempo convulsionado más de 15 minutos. Después de esto pase mucho tiempo con micro convulsiones, pero no fui al médico.

Después, hace como 1 año, estaba tranquila y empecé a tener síntomas muy raros, pero no quise decirle a mi mamá por la hora. Sentía escalofrío, sudoración fría, dolor en el pecho que se extendió a los brazos, mandíbula y cuello y hasta ganas de ir al baño. Fue una sensación horrible que es difícil describir, sentía que me iba a dar un infarto.

Sentía que ese era mi final pero trate de calmarme. Si me alteraba, me sentiría peor y me acosté a dormir (esto no se debe hacer). Amanecía viva jaja, pero con un detalle allí empezó mi problema de parálisis facial superficial, fue un proceso duro. Al ir al médico, mi colesterol estaba haciendo difícil trabajar a mi corazón y, si no lo controlaba, me podría dar un infarto. Dormir sabiendo esto es muy difícil, dormía acompañada de mi hermana por si me pasaba algo. Tomaba pastilla para la tensión, para el colesterol y para la parálisis facial.

He tenido varios episodios de parálisis facial superficial y problemas de tensión. La vida hay que disfrutarla, no sabemos qué día no amanecemos bien o simplemente nos sentimos mal y pasamos a la otra vida. Es muy curioso que cuando estamos bien dejamos muchas cosas de lado, pero cuando estamos cerca de la muerte pensamos hacer tantas cosas y querer tener grandes experiencias.

Mi hermano menor recientemente sufrió un accidente. Él estaba de camino de regreso a casa y una moto chocó con el carro donde él iba. Gracias a Dios no le pasó nada grave, aunque sí se le complicó algunas cosas de salud. Imagínense cuando recibimos la llamada y nosotros no teníamos de 10 minutos que habíamos hablado con él, ya que avisó que iba camino a casa. Hay que disfrutar de pasar tiempo con las personas que queremos y decirle lo que importa para nosotros.

Mi bisabuela falleció 4 de octubre de este ano. Ella era el pilar de la familia, vivía con ello cuando era pequeña. De grande la visitaba, hablábamos y ella contaba chiste. Mi bisabuela era muy ocurrente, cuando falleció fue un golpe muy duro para todos, ir al cementerio y ver cómo la enterraban, fue tan difícil. Yo estaba pendiente de ella, estaba enferma de escara yo limpiaba sus heridas y el día que falleció, como a las 10 mientras cocinaba sentí un escalofrío como si alguien estaba al lado mío y ese mismo día me tocaba curarla y cuando me termine de vestir para ir a curarla me llamaron para avisar que había fallecido, falleció a las 2 pm. Tengo la certeza de que lo que sentí a mi lado fue mi bisabuela, despidiéndose eso significó mucho para mí.

¡Podemos vivir plenamente siendo conscientes de la muerte y comprendiéndola, porque así sabemos y apreciamos mucho más cada día de nuestra vida, los problemas los veremos pequeños!