La Inteligencia Artificial y El debate de "Detroit: Become Human"

in #cervantes7 years ago (edited)

David Cage ha lanzado este 25 de mayo su siguiente obra: “Detroit Become Human” y la opinión como siempre está bastante dividida cuando sale un nuevo triple A, mientras que la crítica especializada como “Metacritic” le está dando notas relativamente altas de 8.7/10, otros se dedican a tirar el trabajo de David por el piso.
Yo por mi parte, no sigo mucho el trabajo de este director, no me he visto y no me he jugado Heavy Rain y deje de ver Beyond Two Souls por aburrimiento, mas sin embargo la premisa de seres en principio inanimados tomando conciencia siempre me resulta interesante de mirar pese a que se haya tratado este tema hasta el hartazgo desde Pinocchio/Pinocho (1940) hasta una buena partes de las obras de Ciencia Ficción.
Pero al grano, refiriéndome precisamente a Detroit no es que me este ilusionando precisamente, David Cage es incapaz de hacer algo sin volverse loco en una faena de masturbación mental y poca sutileza, y en esta ocasión los temas que obviamente quiere tratar, fuera de la identidad del ser humano, es el racismo y la discriminación y… Bueno…
Tengo que ser franco, al momento de escribir este post no he completado esta “película interactiva” mas sin embargo lo que he visto fácilmente puede ser uno de esos trabajos que llaman la atención es por su insultante cantidad de conveniencias argumentales y eso no es precisamente bueno.
Pero al margen de cómo yo piense como el señor David maneja los temas de la identidad, la discriminación y los males de la tecnología si es cierto que como dije antes, siento especial debilidad por el tema de la identidad cuando se trata de “objetos inanimados” así que aprovechemos que el señor David trajo el tema (de nuevo, dejando de lado si lo ejecuto bien o no) a la mesa y preguntémonos: ¿Podemos considerar a una (hipotética) IA un ser “igual”?

Es una muy complicada pregunta, ¿no es así?

La cosa con esta pregunta es que implica un debate filosófico bastante extenso, implica tomar en cuenta todo lo que sabemos de nosotros mismos para poder aplicar dichos parámetros a una IA y así evaluar si se le pude considerar un igual, es una tarea bastante compleja pero me parece que puedo ser capaz de dejar retratada mi postura.
En primer lugar debemos tener claro “que es” una Inteligencia Artificial, una Inteligencia Artificial se define como:

Una máquina «inteligente» ideal, es un agente racional flexible que percibe su entorno y lleva a cabo acciones que maximicen sus posibilidades de éxito en algún objetivo o tarea.

Para este post, implicaremos que nuestra IA hipotética tiene una Inteligencia avanzada bastante similar a la nuestra, así como otras de nuestras características “únicas” (como la conciencia, las emociones y el libre albedrio).
Bien entonces, analicemos la pregunta:

¿Puede considerarse a una IA un igual?

Para el ojo perspicaz, ya habrá un problema en la misma preguntar y ese problema recae en la palabra “igual”, la palabra “igual” significa:

Que tiene la misma naturaleza, cantidad, calidad, valor o forma que otra u otras personas o cosas, o que comparte con ellas cualidades o características comunes o parecidas.

Este significado implica dualidad, implica que algo es igual a otro algo, implica (en nuestro contexto) que una maquina “es igual” a nosotros… Y por consiguiente “nosotros” somos iguales a una “maquina” y es aquí cuando varios normalmente saltan a decir: “No soy una maquina!” pero…

¿Qué tan cierto es eso?

En la propia definición de Inteligencia Artificial se usa la palabra “maquina”, así que establezcamos el concepto de “maquina” primero:

Objeto fabricado y compuesto por un conjunto de piezas ajustadas entre sí que se usa para facilitar o realizar un trabajo determinado, generalmente transformando una forma de energía en movimiento o trabajo.

Teniendo este concepto en mente repetiré la pregunta una vez más:

¿Somos maquinas?

Objetivamente hablando, nuestro universo funciona bajo los mismos esquemas que usamos para diseñar a las maquinas: “Usa piezas pre-existentes ajustándolas para cumplir individualmente unos objetivos y que estos ayuden a cumplir un objetivo mayor”, miremos a las plantas como un ejemplo ya que utilizan una pieza pre-existente como lo es la energía lumínica para transformarla en nutrientes que se convierten en alimento (energía) para la propia planta y mediante cálculos que la planta hace reúne suficiente energía para pasar la noche y no morir de hambre, y los seres vivos más complejos que las plantas trabajan bajo dicho esquema también:

Piénsalo, nosotros también usamos partes pre-existentes (átomos) que en conjunto forman piezas más complejas que desempeñan unas funciones específicas, piensa en los ojos que captan la información de nuestro entorno para que nuestro cerebro la pueda interpretar, piensa en la sensación de dolor que no sale de forma esporádica si no que es una reacción de nuestro sistema nervioso avisándonos de que algo está dañando nuestro cuerpo, piensa nuestro sudor desempeñando el rol de ser nuestro sistema de enfriamiento para poder solventar altas temperaturas, piensa en nuestros pulgares que son articulaciones hechas para felicitarnos la utilización de herramientas.

Además, nosotros también “convertimos la energía en movimiento o trabajos” ya que usamos la energía química de los nutrientes que nos alimentan para convertirla en combustible y así poder ejercer fuerza sobre los objetos.

También, si lo pensamos con más precisión, compartimos otra similitud con las maquinas desde hace unos años: Podemos ser parcialmente modificados y arreglados.

Cuando un órgano interno tiene un defecto o ha sido seriamente dañado, esta la opción de reemplazarlo y lo mismo ocurre con la sangre cuando necesitamos una transfusión (incluso tenemos problemas de compatibilidad con las “piezas” de otros humanos).
Cada “pieza” que nos compone desde la más pequeña a la más grande necesita estar en una sincronía con las demás para desempeñar correctamente nuestras “vida”, si una no puede desempeñar una función lo más probable es que afecte al resto.
Otro argumento expuesto tanto en "Detroit: Become Human" como en las discusiones resultantes a la salida del juego es que:

No podemos ser maquinas, las maquinas cumplen solo una sola función

Al principio, esto suena lógico, hasta que nos damos cuenta de que las maquinas creadas por nosotros mismos no están hechas para cumplir “una” función:

En 1973, Martin Cooper lanzo al mercado el “DynaTAC8000X”, el cual fue el primer teléfono móvil comercializado al público, su función: comunicarnos.
Ahora quiero que piensen en como fue el proceso de perfeccionamiento del teléfono móvil: fuimos agregando piezas nuevas, fuimos tirando otras, fuimos reemplazando piezas viejas por otras más eficientes, empezamos a “agregarles más funciones” a lo que originalmente era un dispositivo de 1kg que solo se usaba para comunicarnos. Siendo eso así: ¿Podemos decir que esas “maquinas” solo desempeñan “una” función? Porque yo puedo contar comunicación, puedo contar una brújula, un reproductor de música, y puedo contar tener el acceso a la mayor red de información que ha habido en la historia de nuestra especie.

Físicamente hablando, creo ya he podido establecer por lo menos un gran parecido entre lo que es nuestro esquema de funcionamiento como seres vivos y el esquema de lo que nosotros (en nuestro carácter intelectual) definimos como “maquinas”, pero aún quedan unos temas por discutir.

Bien entonces, físicamente somos “maquinas orgánicas” hechas como resultado de unas leyes y procesos físicos del universo que son independientes a nosotros, por consiguiente si una IA hipotética lograra emular nuestra esencia, en teoría tendría el mismo derecho a que la tratásemos con respecto ¿No es así?

No, no es tan sencillo.

Somos más que la suma de nuestras piezas, y una maquina jamás podría emular eso

Esta postura filosófica nace del misticismo que se tiene sobre lo que nosotros llamamos el “ser humano”, precisamente nace de la imposibilidad de las neurociencias o la psicología de explicar “que nos hace ser nosotros”, o en lenguaje más técnico, de la imposibilidad de responder al “Soft Problem” y al “Hard Problem” de la conciencia.

En un resumen bastante superficial, ambos problemas se basan en la duda de cómo es que de algo “material y objetivo” puede nacer algo tan “abstracto y subjetivo” como lo que es la “conciencia”.
Esta incapacidad de resolver ambos problemas ha creado un misticismo sobre lo que “somos”, atribuyéndonos un ego y un lugar que no nos corresponden, que “somos más que los que nos compone” y “trascendemos nuestras piezas y nuestro medio por completo”.

Lo cierto es que no somos tan especiales como esta postura nos hace creer, no “de esa manera” al menos, somos especiales y nadie lo negara pero lo somos por ser las “maquinas orgánicas” más punteras que han nacido de los procesos naturales, capaces de darse cuenta del esquema por el cual se formaron.

Somos especiales porque nuestras piezas (en completa armonía) pueden tomar la información de nuestro medio e interpretarla para crear nuevos resultados y al final de todo esto poder formarnos lo que llamamos “identidad”, pero no trascendemos en nada porque en el momento en el ese conjunto de piezas deje de funcionar como debe o reciba algún daño externo, nosotros como individuos nos veremos dañados y en muchos casos: borrados.

Una emulación nunca será algo real, y por ende no vale nada

Este argumento surge del ego el cual se nos adjudica explicado anteriormente, ese ego impide ver cualquiera cosa como algo más que una “vil” emulación incapaz de comparársenos y mucho menos superarnos, esto ocurre cuando la realidad prueba ser distinta pero primero veamos el concepto de “emulación”:

Imitación que se hace de una cosa o de una persona procurando igualarla o incluso ser mejor.

La realidad es que varias cosas que nosotros percibimos como “reales” y bastante validas son producto de una “emulación”, el rendimiento deportivo nace de la “emulación” de conductas, ejercicios y procesos que se sabe llevaron a otros a la cima y sabemos que funcionan, lo mismo para el rendimiento matemático o cualquier tipo de rendimiento intelectual.

Hasta cosas más abstractas como la moral se basan en la “emulación”, en general queremos ser buenas personas y “emulamos” aquellas conductas que sabemos que son “moralmente” correctas ya sea según nuestro juicio o el juicio social, buscamos mejorar esas conductas para nosotros ser “mejores personas” asi que...
Basados en esto ¿Por qué una IA hipotética que nos emulase de pronto ya no es válida? ¿No es un poco contradictorio cuando cada una de las cosas que hacemos para ser mejores se basa en la emulación en mayor o menor medida?

Emulamos videojuegos, ¿estamos teniendo una experiencia distinta solo porque no estamos jugando en la consola original? En muchos casos sí pero para mejor gracias a las mejoras que una PC y un buen emulador pueden ofrecer.

Entonces, basados en todo esto nos surge otras dos preguntas: ¿Qué es más deshumanizante? ¿El entender como funcionamos y aceptar nuestra dependencia hacia la realidad alegrándonos de ser las maquinas orgánicas mas punteras que la naturaleza ha producido en cuanto a inteligencia se refiere?
¿O reducirnos a un concepto inmaterial “superior” a nuestras partes que se esfumara en lo que quitemos el misticismo que hay sobre la mente?

Yo por mi parte, veo más deshumanizante lo segundo, lo primero me parece que hace brillar nuestra grandeza y vuelve más especial nuestras individualidades y características más distintivas, lo segundo lo veo (a título personal) como un pensamiento muy arrogante y escapista.
Pero volviendo a la pregunta principal:

¿Merece una IA hipotética capaz de emularnos casi a la perfección ser tratado como un igual?

No creí estar vivo para ver a una IA recibir una nacionalidad, y ahora no creo estar vivo para poner en práctica los razonamientos que aquí he dicho… Mas sin embargo yo en tal caso hipotético, estoy listo para extender una mano amigable y decir:

Hola! Es un gusto conocerte, amigo

Bueno, he aquí mi segundo escrito aprovechando el boom del juego de David Cage así que... espero les guste, nos vemos luego caballeros.

Y recuerden que si somos especiales, somos el mayor refinamiento biológico que hay en este planeta y no lo somos por ser "dioses": lo somos por ser "humanos".

Tambien recuerden que estamos muy lejos de solucionar los problemas que acarrean las IAs para realizarse y que en ningún momento afirmo que sea un problema que transcienda la ciencia ficción (de nuevo, por el momento).

Cosas de Interés:
El problema de la Consciencia Ft: Antroporama
El teléfono Móvil/Imagen de Martín Cooper