La jaula de las almas: Capitulo I

-Pagaría toda tu boda si fuera aquí, invita a quien quieras y tráelos.- dije restándole importancia.

-No quiero tu dinero, quiero a mi hermana- dijo poniéndole seriedad al asunto.

-Mi dinero también es tuyo.- dije mirándola seriamente, lo más que se puede por un aparato tecnológico.

-El de la familia también es tu dinero, ¿lo has tocado? No...! - Desato su furia colgando.

Violeta sal de mi cabeza, por favor.

Lo que debía, después de todo hace 8 años la abandona en este lugar.

¿Qué hay de nuevo? ¿No hay nada? ¿No hay nada? ¿No? , inevitablemente pararas por provisiones; de igual forma si quieres escapar de esa ciudad y tomar un día de campo, algo diferente, lo más cercano es la antigua primavera, si, el pueblo tiene ingresos por turistas.

Apóyese el estéreo y el decido continuar mi camino, Jesucristo me perdone si alguien escucha música cuando me vean llegar. Entrar al pueblo es como un juicio, miradas acusatorias para todo forastero, nadie pasa por desapercibido, típico de Old Spring, todos tienen el derecho de condenarte pero si usted está un poco debajo de las sabanas, no encontraras a quien salvar Seguro que ya sabes mi llegada porque aquí están las caras nunca cambian, ya te sabes de la población, es como pasar el control de la migración.

La tienda de Agatha me recibe ai izquierda, Alice viste de luto viendo en la calle, el eterno maniquí resplandece y me parece en los secretos, el vestido de novia para la ocasión; El olor a pan llega a mis fosas nasales, invitando al turista a comprar o a los enamorados de la ciudad a merendar; La iglesia al fondo de la calle me escruta lentamente, nos volvemos a encontrar y lo único que me hace sentir en mi hogar es la calle que conduce al Bar de Bill, que es como una reunión de doble A.

Decide ir a la iglesia, me gusta, me gustan los coches alrededor, conduzco hasta estacionar en el lugar que encuentro, respiro, lentamente, pensando en las opciones que tengo y no encuentro, tomo mi mochila y bajo el auto, mis botas tocan el suelo- suspiro y siento mi cuerpo congelar- veo tacones negros mientras voy subiendo la vista, un vestido del mismo color, mientras que sus ojos se pierden en la oscuridad y el negro profundo de su cabellera adornada en una trenza, con una trenza o sin ella, luce perfecta como siempre

-Me sorprende el color de tu auto, siempre que vengas de negro, mientras que mi vestimenta, Bienvenida a casa Cassandra Elizabeth, sus ojos lucen hinchados.

No mamá, visto otros colores pero él nacido para llevarte la contraria.

-Era el color favorito de la abuela- responde colocándome los Ray-Ban tipo aviador

-Pensé que no vendrías- dice mirándome

Reproche, algo tan habitual en ella.

-Si me hubieses hubieses avisado, hubiera sido de gran ayuda- respondo alzando una ceja.- ¿Como estás mamá? - pregunto

-No es momento de discutir -lasgrimas salen de sus ojos- Debería ser una boda, no un funeral- Alisa su vestido como si tuviera una arruga, quizás sea la ve pero yo ¿cómo quieres que este?

Me recuerdo debo respirar, respira Cassandra.

No huyas, tu puedes.

-Vamos necesito tomar algo frio- digo empezando a caminar - tiene un calor de los demonios.

En Old Spring el día es caluroso con toques de brisa y la noche parece querer matarte abrazandote fríamente.

-No hay facturas en el funeral de tu hermana- Me reprende- Primero debes cambiar y parecer una dama- mira mis botas, mi mono, mi franela que dice "Vete a la mierda" - Te conozco, aún no ha cambiado.

Si, lo he hecho, ahora soy un poco más Cassandra que Old Spring.

¿Qué es lo que me gusta? ¿Cómo se puede ver? El ángel de la fuente lleva la pena en el alma, quizás la nota, quizás las mías, intactas porque algunas cosas nunca cambian; hay hombres afuera tomando licor discretamente con el falso sueño de que nadie se da cuenta y con la tonta realidad que todos son iguales, una medida que los cuchicheos aumentan provenientes de mujeres elegantes para quienes un funeral es motivo de un gran espectáculo, venga y compre ropa negra nueva porque aqui lucir algo muchas veces es signo de vergüenza.

Mamá me tomo del brazo para guiarme en el baño, entramos y me dejé solo unos minutos, abro mi mochila y destapo una caja nueva de cigarrillos, guardo uno en mi sujetador y tiro la caja de vuelta en el bolso cuando mamá entra y me da 5 vestidos y unos tacones, 3 no me quedan, uno está ajustado, lo rechazo, me decido por el holgado, es el funeral de mi hermana y no vengo a mostrar el culo.

Es acampanado y llega a mis rodillas, las mangas llegan a mi muñeca, son de tela trasparente.

-Tu hermana hubiera escogido uno más hermoso- dado tejiendo una trenza en mi cabello-compórtate, algunas personas aún vivimos aquí, por la trasparencia en los tatuajes- están saliendo del baño e instintivamente acaricio el colibrí enjaulado en mi brazo.

Si, Violet era mejor.

Me miro al espejo y acaricio mi mejilla, mis ojos no soltan una lágrima, ¿Violeta quien te hizo daño? Tú no harías esto. No hay nada en mi mente, ella ha puesto en mis orejas, me ha quitado los Ray-Ban solo ha dejado el crucifijo negro al igual que mi cabello, ese nunca me quito, cuestionando las creencias o la grabación de algo que no creo. Mi cara ovalada con pómulos acentuados me recuerda que me parezco a Robert, mis labios carnosos igual a la abuela, te extraño, te extraño mucho.

Respiro, lo intento.

Nos abandonaste, solo piensas en ti - fue lo primero que mamá dijo en la única llamada que hemos tenido en 10 años .

Respira Cassandra.

No tengo ninguna de mis cosas, ni una violeta, ni Isabella, ni Theo, seguro se preguntaran donde me fui, ni mi música. Bill debe estar aquí, ¿Qué tal seguiré siendo mi amigo? ¿Harry estará?

¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué debo hacer? llego A los lados se encuentran sentadas muchísimas personas, diría que todo el pueblo y la gente de la ciudad, no se mezclan aunque la ciudad intente hacerlo, en este círculo es difícil entrar, al menos que los candidatos candidato para casarse con una de sus Hijas, como pescar un tiburón en un rio, debes sentirte afortunado y digno.

Hay una chica llorando, no recuerdo su identidad pero está sobre el ataúd, quizás sea la amiga que una vez me ha comentado Violet, me ven y la apartan; hay muchísimas flores con los textos "Promoción 35" "Universidad Tartarino" "Colegio E. W Spring" y muchos más, escuché un mensaje que no paran de llegar y lo creo porque a Violet todo el mundo la quería, ella era así; otro murmullo suena "Era la mejor nadadora de su universidad" "claro, gano medallas" es cierto, aunque no lo haya necesitado "Fue un suicidio", eso sí, mi corazón, "Alcohólica como el padre" asco, siento asco . Víboras, todas son iguales, a medida que paso el silencio se adueña del lugar pero en milésimas de segundos.

Consigo llegar a mi destino, el aliento, a mí, a mí mismo, a la vez que a usted se le atribuye la oportunidad de ver más abajo en el agua, siempre perdí ante Violeta.

-La muerte no se lleva tu belleza- comento mientras la veo.

Su cabello rubio luce como el oro, ahora la veo más hermosa que nunca, rubia como él, blanca y llena de sangre como yo, perfilada y perfecta como mamá, vestida de blanco con las uñas perfectas en un tono rosado, odio el rosado pero en ella me agrada.

-Recibí tu mensaje - responde Max llegando y acariciando el ataúd.

Luce aturdido, su mirada parece vacía, los ojos café no tiene vida y la vestimenta no puede ocultar cuando se arregla el alma Nada tiene que ver con el citadino vivaz que violeta presento por video llamada, aquel que iba a dejarlo todo por condenarse a este pueblo

Violeta le había conocido en la universidad de la ciudad a unas 2 horas de Old Spring, ella nunca acepto irse y regresó al pueblo una vez al mes.Se graduó como profesora de matematicas e impartió clases en la secundaria de aquí, somos polos opuestos Nacidos del mismo vientre, yo me gradue de Literatura Inglesa, recuerdo cómo dividir los libros, siempre le regalaba formularios y cosas que yo no entendía.

-Siento haberte pedido eso- digo para romper el silencio.

-Ni te disculpes, al menos lo que veré, no se puede decir nada.

Se va, lo entiendo.

-Aquí no hay mucho que hacer- responda mirando la cruz al fondo.- ¿Puedo seguir escribiéndote?

-Tú y tu padre es lo único que me queda de ella, no te preocupes -Hay la mirada, ella hubiera querido cuidara de ti, nos estaremos viendo.

-Max ella no tiene razones para ...

-Cassandra, yo necesito llorarla, ¿sabes? La amaba, no sé que paso pero aquí nadie ayuda a conseguir respuestas.

-Pero la autopsia.

-Tu madre se negó, legalmente no ha sido útil y no tengo derecho a nada, ya sabes, Debbra Jones tiene mucha influencia aquí. - Voltea hacia los lados, verificando que nadie nos ha escuchado - Estoy seguro, pero todo lo que necesito, escríbeme al correo por favor. Me voy por unos meses sin fronteras.

Una señora lo acompaña, me parece mucho a él, recuerdo haber sido visto en una foto que violeta me envio "estamos de vacaciones en el Caribe" "su mamá me odia, dice que aleje a su bebé de ella".

Siento mi pecho, las miradas a través de mi.

Corro, lo intento, pero estos absurdos, tacones no me dejan, me quito y recojo, veo la silla de ruedas de Robert de espalda, sigo corriendo, y lo lejos veo a mi madre llorar, desconsoladamente, pero la toma de unos pocos detenerse y mirarme , hielo, su mirada es hielo, aprieta los labios y ojos en mí, es su forma de reprocharme y hacerme saber que le damos cuenta de cómo se hace la mano para consolar y ella llora. Avanzo en mi camino y salgo por una puerta lateral, huyo a la parte trasera del lugar.

Corro pensando, corro y siento no respiro.

Oh Violet, pensé la jodida era yo.