Abre los ojos

Me levanto de la cama, aún puedo notar el temblor de mi cuerpo, pero el ansia de ser libre me aporta la fuerza suficiente para llegar a la otra habitación. Lo miro desde la puerta, con esa mirada de desprecio que ya sale sola, sin esfuerzo, sin pensar. Él duerme, tranquilo, sosegado, agotado de calmar su ira contra mi, él descansa esperando al mañana donde con un simple perdón querrá solucionar todo lo que ha causado.
Y lo observo desde mi seguridad, porque se que duerme, lo observo afligida sin remedio alguno, y veo al hombre del que me enamoré.

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Un hombre que con su encanto me elevaba hasta el infinito de la felicidad, un hombre que me cuidaba y protegía como si yo fuese un tesoro único, al menos eso me decía él. Un hombre que me besaba y acariciaba como si yo fuese de cristal, con dulzura y un tacto fino dejaba caer sus dedos por mi piel. Mi hombre.
Ahora, mientras intento mantener mis piernas firmes, agarrándome al marco d la puerta, escucho su respiración, y contengo mis ganas efímeras de abrazarlo y sentirlo de nuevo como lo que fue en su día, mi hombre.
Pero el dolor de mis mejillas me recuerda el porqué estoy en la puerta y no a su lado, y mis lágrimas envejecidas me hacen salir de allí, quizá para buscar consuelo en la soledad, quizá para sentirme fuerte por poder alejarme de él, aunque sea cuando esta dormido.
Sentada en el sillón, a oscuras, lloro una vez más, lloro sola, en silencio, controlando los gemidos de mis sollozos, no debo despertarlo, no puede saber que lloro, se enfadará, y todo volverá a ser culpa mia.
Me abrazo con cuidado, las marcas son recientes y no quiero hacerme mas daño, pero necesito ese abrazo, es la única manera de sentirme viva.

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Un ronquido sordo através de la pared, hace que deje de llorar, e inconscientemente mi cuerpo tiembla y teme, teme aunque esa sea ahora su forma d vida.
¿Qué hice incorrecto para que todo cambiara? ¿Cuándo causé el mal que ahora me hace pagar sin descanso alguno? ¿Dónde se fuebel amor que residía en sus ojos?
Los gritos, los insultos, el desprecio, todo era normal: "Las parejas discuten mi amor" "Un matrimonio debe pasar por diferentes etapas cariño" "¿No pensarás salir con esas pintas?" "¿Quién te va a querer mas que yo?" "¿Quién va a soportar todos tus defectos?"
Palabras resonantes y perturbadoras en mi cabeza, me atormentan y me prohíben buscar una solución. Quiero que seamos felices, quiero volver a ser todo para él, cambiaré mas si hace falta, sucumbiré a cualquier deseo que pronuncien sus labios, soy tuya, soy tuya, siempre seré tuya.

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