Existen dos dominios políticos en este siglo XXI que poseen un inconmensurable poder, por un lado, la tierra, que representa el modelo social y económico actual basado en la supremacía de los estados-nación y la revolución industrial surgida en el siglo XIX, donde los políticos monopolizan la violencia en jurisdicciones territoriales; y, por otro, la nube, que representa a la revolución de la información que dio lugar a la aparición de las grandes corporaciones tecnológicas que monopolizan los datos de los usuarios con fines de mercadeo y publicidad.
«En el mundo en que vivimos la libertad es una ilusión: nuestros cuerpos pertenecen a los gobiernos y nuestras mentes a las grandes corporaciones tecnológicas». – Tim Reutemann
Imagen: Pixabay.com
La lucha entre la sociedad industrial y la digital
Para algunos autores, incluyendo a James Dale Davidson y William Rees-Mog, quienes en 1997 publicaron el libro «The Sovereign Individual: Mastering the Transition to the Information Age», la revolución de la información está liberando a los individuos del anacrónico modelo del estado-nación del siglo XX. Ellos afirman que la computación destruirá al estado-nación, creando nuevas formas de organización en el proceso.
Con el fin de prepararnos para vivir en el mundo que está viniendo, debemos entender porqué será diferente de lo que la mayoría de los expertos dicen. Esto involucra ver más de cerca a las causas del cambio que no son tan evidentes. Las causas más importantes del cambio no son propiciadas por manifiestos políticos o pronunciamientos de economistas muertos, sino por factores ocultos que alteran las fronteras donde se ejerce el poder. Usualmente, modificaciones sutiles en el clima, la topografía, los microbios y la tecnología, alteran la lógica de la violencia. Aquellas transforman la manera en que la gente se organiza y defiende.
Imagen: Democracy Earth
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Pensadores convencionales observan que una de las premisas de un estado-nación democrático es que los puntos de vista o los deseos de las personas determinan la manera en que el mundo cambia. Estos analistas explican, pronostican e interpretan los mayores desarrollos históricos como si fuesen exclusivamente un efecto de los deseos de las personas. Bajo esta misma óptica muchos científicos sociales han pronosticado el final del estado-nación para dar lugar a un gobierno global. Desde el punto de vista de un pensamiento más heterodoxo, esta suposición es absurda porque es una falacia asumir que una nueva forma de gobernanza surgirá porque otra ha fallado. Si fuese así, nuestros países latinoamericanos, por citar un ejemplo, hace mucho tiempo tendrían mejores gobiernos simplemente porque los anteriores han venido fallando consistentemente.
Cuando se toma en consideración a las tecnologías que están forjando el nuevo milenio, es mucho más probable que no veamos un gobierno global, en su lugar veremos microgobiernos o incluso condiciones que se aproximan a la anarquía.
«El colapso de la moralidad y el incremento de la corrupción en la política no son casuales. Obedecen a la decadencia del modelo del estado-nación». – The Sovereign Individual
En nuestra región, quizás la batalla tierra vs. nube más notable está ocurriendo en Venezuela, donde la dictadura del chavista Nicolás Maduro está buscando y confiscando equipos de minería de criptomonedas, mientras al mismo tiempo, se ha embarcado en la emisión del Petro, una criptomoneda emitida y controlada por el Estado venezolano, con la que esperan recaudar recursos frescos para que las arcas fiscales tengan mayor liquidez, y así esquivar las sanciones internacionales que han hecho que se limite seriamente la posibilidad de acceder a créditos en el extranjero.
El surgimiento de la sociedad de la información no será bienvenido como una nueva y promisoria fase de la historia humana. Seremos testigos de una enorme resistencia por parte de los que defienden el statu quo. Muchos menospreciarán las innovaciones que reemplazarán la hegemonía del estado-nación y de las grandes corporaciones. Es propio de la naturaleza humana considerar a los cambios radicales de cualquier tipo como un retroceso en lugar de un avance. Hace 500 años los cortesanos habrían dicho que las innovaciones que dieron lugar al Renacimiento, y que hicieron posible terminar con el feudalismo, eran nocivas. Lo propio ocurre en cada nueva etapa de innovación y desarrollo tecnológico.
Blockchain como reducto de soberanía individual
De acuerdo a Democracy Earth, Google y Facebook tienen las bases de datos de identidad más grandes del mundo, superando a las de los gobiernos de India y China. Teniendo en cuenta que el 97 % de los ingresos de estas corporaciones provienen de la publicidad, resulta que gran parte de la población del mundo ve a través de los filtros de los embudos de venta de los anunciantes que usan los servicios de dichas plataformas digitales. En otras palabras, esta inmensa acumulación de información ha hecho que los individuos perdamos nuestra privacidad y que estemos expuestos más que nunca al crimen organizado, al espionaje y a la coacción gubernamental.
Paradójicamente, el negocio de quienes son los llamados a proteger nuestra identidad en línea depende casi exclusivamente de la cantidad de datos de sus usuarios que logran capturar y vender. Los servicios que ofrecen Facebook, Twitter y Google no son gratuitos a pesar de que eso es lo que parece. El uso de dichas plataformas no tiene costo para los usuarios porque la información que estos generan son el producto que venden estas grandes corporaciones.
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Es evidente que tanto al estado-nación como a la grandes empresas tecnológicas no les interesa el surgimiento de la soberanía individual gracias a la aplicación de la tecnología de la cadena de bloques –«blockchain», en inglés– en varios ámbitos del quehacer humano porque representa una grave amenaza para su superviviencia. Las redes informáticas distribuidas que operan en blockchain tienen la capacidad de mover todo tipo de activos –dinero, acciones, registros de cualquier clase, certificados, música, texto– sin la participación de un intermediario, llámese Estado, banco, notaría, registros públicos, etcétera, cuyos roles se harían irrelevantes frente a esta tecnología. El estado-nación iría perdiendo su capacidad de cobrar impuestos y de coacción conforme la riqueza de los individuos vaya trasladándose al ciberespacio.
La democratización de la información propiciada por el auge del Internet y, desde hace un par de años, por el surgimiento de la cadena de bloques, hace posible una extensión dramática de los mercados alterando la forma en que los activos son creados, intercambiados y protegidos. Es posible que, gracias a blockchain, la era de la soberanía económica esté llegando, seremos testigos de la última forma de privatización: la desnacionalización del individuo, tal y como se comenta en «The Sovereign Individual». El individuo dejará de ser un activo estatal de facto para convertirse en un cliente.
«La aparición de “cibermonedas” controladas por algoritmos matemáticos que no tienen jurisdicción, permitirá trasladar la riqueza de los ciudadanos a un entorno donde no está sujeta a la coacción de los gobiernos. Solo los pobres serán víctimas de la inflación y deflación ocasionadas por las monedas fiduciarias». – The Sovereign Individual, 1997
Tanto Orwell, en su novela «1984» —escrita en 1949— y Hayek, en su ensayo «El camino de la servidumbre» —escrito en 1944— tienen una visión pesimista acerca del futuro, ambos coinciden en que la libertad del individuo se ha perdido dando lugar a una nueva forma de control económico que ha dejado al Estado como el amo y señor de todo. Estas obras fueron escritas antes de la invención de la computación, ciencia que ha incubado a una serie de tecnologías que aumentan la capacidad de grupos pequeños e incluso de individuos para funcionar independientemente de una autoridad central.
La criptografía como un derecho humano
La criptografía, una de las tecnologías subyacentes de la cadena de bloques, desempeñará un papel cada vez más importante para proteger los derechos humanos de los ciudadanos digitales en términos de su soberanía individual y económica al liberarlo de la lucha que se lleva a cabo entre la tierra vs. la nube.
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En lo que respecta a la gobernanza y a la democracia, el secreto es una propiedad fundamental de las elecciones libres y justas: es un mecanismo que ayuda a evitar la coacción de los que están en el poder y, al mismo tiempo, evita el riesgo de que las elecciones se compren con dádivas o dinero. La privacidad es la mejor garantía de que una mente consciente y libre tiene que pensar por sí misma. Un sistema electoral distribuido basado en la cadena de bloques reduciría la probabilidad de fraude electoral casi a cero.
«Existe un solo y único derecho: el de la propiedad privada de los bienes materiales y el cuerpo. Los individuos deberíamos tener la plena seguridad de que no vamos a ser víctimas de confiscaciones e invasiones irracionales y arbitrarias por parte de nadie». – Juan F. Bolaños
La tecnología nos ofrece un camino para escapar del control centralizado del que somos objeto por parte de la tierra y la nube, ofreciéndonos un tercera vía: una manera de liberarnos de la tiranía de los "me gusta" y transformar nuestro voto en poder soberano y realmente representativo que nos permita crear las instituciones que necesitamos para el futuro.
Hoy podemos considerar a la cadena de bloques como esa tercera vía, una herramienta adecuada para liberarnos, aunque sea parcialmente, de los poderes de la tierra y la nube.
Juan Francisco Bolaños
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Referencias:
- Bolaños, Juan. (2018). El porvenir de las criptomonedas, el fin de las naciones. Quito, Ecuador: Steemit.com. http://bit.ly/2GTl9cA
- Bolaños, Juan. (2018). El porvenir de las criptomonedas, la vendetta de las naciones. Quito, Ecuador: Steemit.com. http://bit.ly/2GQkzfY
- Davidson, James y Rees-Mogg, William. (1997). The Sovereign Individual: Mastering the Transition to the Information Age. New York, NY: Touchstone.
- Reutemann, Tim. (2018). The First Major Battle Between the Land and the Cloud. San Francisco, California, USA: Democracy Earth. http://bit.ly/2KantOU
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Hola @juanfb, tu publicación ha sido seleccionada por nuestro equipo de curación y se exhibirá en la exposición semanal de TALP. Los curadores de The Alexandria's Library Project estuvieron de acuerdo en que tu publicación merece ser reconocida y archivada en nuestra biblioteca.
Nos esforzamos por encontrar los aportes más sobresalientes en materia de Filosofía, Historia, Ciencia y Literatura en toda la STEEM Blockchain. Puede leer más sobre la iniciativa TALP aquí . Puedes unirte a nuestro servidor de Discord en este enlace.
Un saludo cordial, Johanna.
Johanna, ¡muchas gracias! Es un honor para mí haber sido tomado en cuenta. Me complace colaborar con la comunidad. Gracias por la invitación al canal de Discord, me uno en este momento.
Tremendo análisis, se merece un espacio en cualquier periódico. Esta lucha entre la sociedad industrial y la digital me recuerda algo que leí hace tiempo, el cambio de la sociedad de productos manufacturados a la de servicios.
Son cambios que alteran el status quo del poder, por eso tanto miedo de los gobiernos, por mi parte veo el futuro optimista (a pesar de vivir en Venezuela) y creo que viviremos con mini-gobiernos de manera que nuestra libertad individual alcance su máximo esplendor.
Saludos!
Gracias por leerme y tomarte el tiempo de comentar. Tengo el mismo anhelo que tú, espero ser testigo del surgimiento de ciudades-estado en las que el poder se distribuya precisamente para evitar la acumulación exagerada de poder y el surgimiento de gobiernos totalitarios como el venezolano.
esta genial este post!
Quien ganará la lucha? Será que la era digital nos va a reemplazar? son preguntas a las cuales difícil de responder a mi modo de ver desde un punto de vista muy crítico. Saludos y de verdad felicitaciones por tu post. Un abrazo.
Gracias por tu comentario...
Pues es muy temprano para conocer quién será el ganador. Por el bien de la humanidad, espero que ni la tierra ni la nube ganen la batalla. Existe una tercera vía propuesta por blockchain, la cual espero que se consolide lo antes posible.
Que buen análisis, el avance va con todo y no se detiene, la tecnología digital, va a la vanguardia
Muchas gracias por tu comentario. Espero que por el bien de la humanidad el avance digital no se detenga y reemplace a paradigmas anacrónicos como el estado-nación y de cómo resultado nuevas formas de organización.
Excelente publicación. Un análisis fresco sobre como está evolucionando el mundo, para el cual siento no nos educaron, los sistemas educativos no han evolucionado al mismo ritmo. Muy instructivo.
Hola, muchas gracias por leerme y comentar. Coincido con tu criterio.
La educación nunca va al ritmo de la innovación y desarrollo tecnológico, la academia es demasiado ortodoxa para mi gusto, por lo que tarda en reaccionar. Pienso que en nuestra región la educación formal lleva, al menos, 20 años de retraso respecto al avance científico y tecnológico.