Concurso de cuentos infantiles en homenaje al escritor venezolano Aquiles Nazoa. Zimba y polly en el Parque de diversiones
Zimba y Polly en el Parque de diversiones
Foto de: mundoperro.net
Zimba y Polly eran dos mejores amigas, una perra y una gata que vivían en una misma casa y estaban un poco cansadas de hacer siempre las mismas cosas. Dar una vueltita por el barrio para hacer pis, jugar con una pelota blandita y pelearse con el perro de la esquina que era un malhumorado y siempre les ladraba al pasar o soportar a los vecinos de al lado que odiaban a las mascotas y se enojaban si una ladraba o maullaba.
Una tarde, los dueños de Zimba y Polly, una pareja y sus dos hijos pequeños, salieron de paseo y sin querer dejaron el portón abierto. ¡¡¡¡Fue una oportunidad única!!!! Luego de analizarlo por un rato las amigas decidieron escapar para poder conocer el nuevo parque de diversiones del que tanto le habían hablado sus amigas las cucarachas.
Decían que los juegos eran espectaculares, una rueda gigante, carrousel, montaña rusa, toboganes, hamacas, y sobre todo cosas ricas para comer y tomar. Además, muchos amigos nuevos por conocer, no podían perdérselo.
Decidieron huir, al principio estaban un poco desorientadas, pero la gata Polly se las ingenió para preguntar a todo animal que se les cruzaba, hasta que un mosquito les indicó exactamente dónde quedaba el parque. Era a unas pocas cuadras, solo había que seguir derecho y cruzar con mucho cuidado con la luz verde del semáforo como les habían enseñado sus dueños.
Al llegar al lugar, las luces de colores, la música, el olor a chocolate y las pompas de jabón que flotaban en el aire, les parecieron un mundo mágico. Era mucho más emocionante de lo que se habían imaginado.
Pudieron subirse a un carrousel, aunque por la mitad Zimba terminó bajándose mareada y ladrando. Polly anduvo en la montaña rusa y le fascinó. Fueron juntas a las hamacas y conocieron a unas hormigas coloradas muy simpáticas. Pasaron horas de juego en juego, haciendo amigos humanos y también muchos animales e insectos que vivían por allí. Comieron algunas cosas que encontraron en el piso porque era muy difícil que un animal pudiera comprar lo que tenía ganas. A Polly le hubiese encantado comer caramelos de miel y Zimba se moría por un helado de frutillas y limón, pero era complicado hacerse entender y además no tenían dinero.
Igualmente se estaban divirtiendo como locas, todo era color de rosa hasta que de pronto, ¡vieron a su familia en la fila de uno de los juegos!, habían ido al mismo lugar que ellos, no podían creer lo que estaba pasando. No sabían qué hacer si saludarlos o esconderse, ¿qué pensarían sus dueños de su travesura?
Finalmente, Zimba fue descubierta justo cuando se bajaba de un tobogán y Polly salió corriendo a su lado para ayudarla en caso de que la rezongaran. Sin embargo, sus dueños y los niños estaban tan sorprendidos de verlas allí que se pusieron muy contentos y las invitaron a seguir disfrutando del parque y además a comer muchas golosinas y helados. ¡¡¡Valió la pena arriesgarse a salir de casa a pesar del susto!!!