─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

📸https://muryou-aigazou.com/es

❖ The Book ❖

There it was, having gone from being forgotten on a shelf in an antique shop to a municipal library. We don't know how that journey began; I know it arrived because I saw it. The municipal library had been practically abandoned; only the old librarian, who acted as receptionist, restorer, and did whatever else was needed, walked the dusty halls. And well, I occasionally made a fleeting visit, just for a specific question I couldn't answer online. The first time I saw it, it barely caught my attention, although I can say I felt a certain energy—not bad, just unusual.

It was a book that stood out from the others because of its size and its hand-bound binding. It wasn't the only book bound that way in the library, but it was the only one with such yellowed pages. Months passed, and every time I went there, the book seemed to be watching me from the top of the shelf. I continued my comings and goings until one day I needed to reach for a volume of an old encyclopedia that was next to it. When I picked it up, the book fell to the floor and opened to a center page. The page was blackened with some kind of soot, and as I approached, a foul odor filled my nostrils and lungs. The smell dissipated, and for a moment I thought I had imagined it all.

📸https://muryou-aigazou.com/es

On the page was a watercolor illustration of a plant I recognized immediately. Mugwort, an uncommon plant. That beautiful illustration caught my eye and was my downfall. Poor fool, I picked up the book and carried it to one of the tables. I found it was written in several languages; some I knew, others I spoke, and still others I had no idea about. My trembling fingers ran over the pages one by one. It was a mixture of primitive biology and recipes. Despite their age, the pages were remarkably well-preserved, as if time had only yellowed the white of the paper without weakening it.

Something tangled around my hands like snakes as my finger traced a circle within the book. Something bound me to the book and held me motionless. Suddenly, a deep, echoing whisper came from within the pages:

"Thank you for waking me. I needed to find you."

I swallowed hard but dared to reply:

"I just wanted to know what was on the pages?" “And you will know,” the voice replied. “You will have your knowledge as you have every century. We always meet, and we always end the same way.”

“Stop! I don’t want to read anymore!” I shouted.
“You can’t. You are destined,” the voice answered. “It is not you who reads me, I read you. Your soul reincarnates to serve me, and I have already begun to write your ending.”

A flurry of memories and words engulfed my mind. The walls closed in, and the books fell to the floor. I understood everything, and I understood there was no way out. I tried to close the book with what little strength I had, but the pages clung to my fingers like part of my flesh. My eyes snapped shut.

When I awoke, I was still looking through my eyes, but I was no longer myself. My body was shared, and I was not in control. I listened and observed everything as a spectator. This time, he would try again…

📸https://muryou-aigazou.com/es

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

📸https://muryou-aigazou.com/es

❖ El Libro ❖

Ahí estaba, pasó de estar olvidado en un estante de una tienda de antigüedades a una biblioteca municipal, no sabemos cómo comenzó ese recorrido sé que llegó porque lo ví. La biblioteca municipal había sido abandonada prácticamente, solo la vieja bibliotecaria que hacía de recepcionista, restauradora y cuanto trabajo hiciera falta caminaba los polvorientos pasillos, y bueno, yo de vez en cuando hacía la visita, fugaz, solo por alguna consulta puntual que no pudiera hacer en línea. La primera vez que lo vi apenas me llamó la atención aunque sí puedo asegurar que sentí alguna energía, no mala, simplemente fuera de lo común.

Era un libro que sobresalía sobre los otros por su tamaño y su encuadernación a mano, no era el único libro encuadernado de esa forma en la biblioteca, pero sí era el único con páginas tan amarillas. Así pasaron los meses y cada vez que iba ahí estaba como si me observara el libro desde lo alto del estante, yo seguía con mi ir y venir, hasta aquel día que necesité acercarme en busca de un volumen de una antigua enciclopedia que estaba a su lado, al tomarlo el libro se fue al piso y se abrió en una página central. La página estaba ennegrecida por alguna especie de hollín y al acercarme, al acercarme un fétido aroma entró por mi nariz y llenó mis pulmones, el olor se disipó y por un momento creí que había imaginado todo.

📸https://muryou-aigazou.com/es

En la página había una ilustración en acuarelas de una planta que reconocí de inmediato. Mugwort, una planta poco común. Esa bella ilustración llamó mi atención y fue mi perdición. Pobre insensato, tomé el libro y lo llevé a una de las mesas. Encontré que estaba escrito en varias lenguas algunas las conocía, otras las hablaba, otras ni idea tenía. Mis dedos temblorosos recorrían las páginas una por una, era una mezcla de biología primitiva con recetas, las páginas a pesar de su antigüedad se mantenían muy bien conservadas, como si el tiempo solo hubiera convertido el blanco de las hojas en amarillo mas no las hubiese debilitado.

Algo se enredó en mis manos como serpientes mientras mi dedo recorría el dibujo de un círculo dentro del libro, algo me ataba al libro y me mantenía inmóvil. De pronto un susurro grave y con eco salió de las páginas del libro:

-Gracias por despertarme, necesitaba encontrarte

Tragué en seco pero me atreví a responder:

-¿Solo quería saber que había en las páginas?
-Y lo sabrás -respondió la voz- tendrás tu conocimiento como lo has tenido cada siglo, siempre nos encontramos, y siempre terminamos de la misma forma.
-¡Basta! No quiero seguir leyendo- grité
-No puedes, estás destinado- me respondió la voz- no eres tú quien me lees, yo te leo a ti, tu alma reencarna para servirme y ya he vuelto a empezar a escribir tu final.

Una ráfaga de recuerdos y palabras cubrieron mi cabeza, las paredes se estrechaban y los libros caían al piso. Lo comprendí todo, y comprendí que no había salida. Intenté cerrar el libro con las pocas fuerzas que tenía, pero las páginas se aferraron a mis dedos como parte de mi carne. Mis ojos se cerraron de un golpe.

Al despertar seguía mirando a través de mis ojos pero ya no era yo, mi cuerpo estaba compartido y precisamente yo no tenía el control, más escuchaba y observaba todo como espectador. Esta vez él volvería a intentarlo...

📸https://muryou-aigazou.com/es

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───