“Sangre, Azucar, Sexo y Magia” es la composición de la curiosa sustancia que corre por las venas de estas “guindillas picantes”. ¿Cómo explicar si no su inagotable ritmo, la ondulación que produce en los cuerpos su música, la elasticidad de sus canciones…? Esa curiosa frase fue además también el titulo de un disco que les habría de llevar a la gloria adsoluta, convirtiéndose en abanderados de las nuevas tendencias rockeras de los 90. Pero antes, los Red Hot ya llevaban bastante camino recorrido. A finales de los 80 se produjo en Los Angeles la explosión del hard rock mas macarra y recardado, con las chupas de cuero, las botas de cowboy y los pelos cardados unidos a un derroche de actitud y chulería.
Curiosamente en esa misma ciudad americana que tanta historia tiene en el rock n’ roll, se estaba generando una escena anteriormente nombrada. Al frente, Jane’s Addiction, uno de los padres del sonido “alternativo”. Y mas tarde, los Red Hot Chili Peppers harian su aparición y comenzarían a hacer temblar los canones y cliches del rock de la época. Sus primeros trabajos pasaron bastante desapersibidos en la escena internacional, pero ya contenían la semilla de la que iba a germinar uno de los combos mas importantes de la pasada década.
Por su coctelera, siempre en continua agitación, pasaban el rock de alto componente funky, plagado de energía y diversión playera. De hecho “Freakly Styley”, segundo plástico tras su homónimo debut, fue producido por George Clinton, una leyenda del funk negro y la fusión rítmica. “The Uplift Mofo Party Plan”, como su nombre indica (si es que alguien sabe descifrarlo) era una espectacular fiesta sonora que ya logro llamar la atención del publico y contenía uno de sus primerizos himnos, de las pocas canciones de esos años que siguen sonando en sus conciertos. Estamos hablando del machacante “Me & My Friends”, sin duda un punto álgido de su carrera.
Con su siguiente álbum se vuelven populares en todas las esferas, pero no especialmente por su música. La portada del Ep “Abbey Road”, a imitación de la original de los Beatles (la banda cruzando un paso de peatones), acapara las miradas en las tiendas de discos. La banda aparece desnuda con calcetines tapando sus vergüenzas. Mas de uno se preguntaría quienes eran esos chalados, pero pronto lo iban a saber en todos los rincones del planeta. “Mother’s Milk” supone la incorporación de un guitarrista que iba a hacer historia con la banda. John Frusciante se unia al chiflado de Flea y al musculoso saltimbanqui Anthony Kiedis para parir un disco que ya era un claro aviso de lo que se avecinaba.
Fue el primer pelotazo, que vendió muy bien, y comienza el bombardeo. “Give it away, give it away, give it away now…!!”. Cualquiera que en 1991 pusiera en marcha la radio para escuchar los hits del momento se encontro sin duda alguna con ese estribillo mareante en clave de rap, que consagraria a la banda como el estandarte de los nuevos sonidos del rock Americano. “Blood Sugar, Sex Magik”, el disco doble que contenía el susodicho tema, era un compendio magistral del sonido de los Chili Peppers elevado a un plano mas elevado y tocado por la producción maestra de Rick Rubin.
Consiguientemente arraso las listas de medio mundo en competencia directa con otras obras capitales de su tiempo como “Metallica” y “Use Your Illusion”. La banda estaba en la cima y nadie iba a bajarles de ahí. La adrenalina desbordante se torno en melancolía en otro gran éxito, “Under The Bridge”, una balada que cruzo los estados de America y mas tarde el Atlantico para aumentar las millonarias ventas de un Lp clásico, punto de inflexión de la vanguardia rockera de los últimos tiempos. Sus videoclips tenían un lugar privilegiado en la parrilla de una Mtv que ya se había convertido un trampolín para nuevas estrellas, lastima que ahora haya perdido su gusto por el rock. “What Hits?” mostro a los nuevos fans su legado pasado, y la serie de dibujos mas popular de America, los Simpsons, es incluiría en uno de sus episodios, un síntoma de su creciente popularidad en los States.
Poco después llegaron horas bajas, pero los malos momentos de grupos tan adsolutamente monstruosos como este ya los quisieran para si muchas formaciones “de segunda fila”. Porque los Red Hot nunca dejaron de ser grandes. Seguían vendiendo discos sin dificultad alguna, pero la fractura interna era acusada. Las drogas habían hecho mella en la banda, especialmente en la débil y perdida mente de Frusciante, que paso a desconectar totalmente con el mundo real y enfrascarse en sus paranoias personales. Su salida del grupo estaba cantada, y la llegada de Dave Navarro, guitarrista de los compatriotas Jane’s Addiction no dio los frutos esperados, pues el seis cuerdas no encajo bien en el seno del grupo.
“One Hot Minute” fue un disco de buena tirada comercial pero muy alejado de la maestria de su antecesor pese a que el single “Aeroplane” fuera muy radiado en su dia. Era necesario un descanso, parar la maquinaria, recapacitar… un soplo de aire fresco que trajo a Frusciante de vuelta a casa para grabar un nuevo superventas, “Californication”, que les auparía de nuevo a lo mas alto, ampliando considerablemente su publico, sonando en todas las emisoras de radio del globo. Monumental gira aunque sin la frescura de antaño, y papel como cabezas de cartel en dos eventos históricos, el accidentado Woodstock’ 99 y la tercera y multitudinaria edición del Rock In Rio. “By The Way” esta al caer. ¿Sera otra obra que traspase las barreras de estilos y haga temblar los charts una vez mas? Se abren las apuestas, pero desde luego la balanza se decanta a priori a favor del éxito de los Red Hot Chili Peppers, alocado conjunto de inagotable capacidad para maravillar a la audiencia.
