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Español
Ángeles de Polaris (continuación)
A varios cientos de años luz de Heracles y sus vigilado espacio, en medio de una parte aun por explorar del espacio, de esas a las que son conectados puentes, con la intensión de, en algún momento, empezar a explotarlas, pero que luego son olvidadas, por hallar regiones más prometedoras en recursos y planetas habitables; en un destello de luz, la pequeña nave transporte emergió del puente y en cuestión de segundos cruzó los dos años luz que la separaban de un pequeño satélite de una enana marrón, que en algún momento sirvió de base para la instalación de una operación de minería que nunca fue iniciada, en las abandonadas instalaciones hoy otro tipo de actividades se llevaban a cabo; la nave desaceleró y descendió en espiral en la delgada atmosfera del satélite, para luego sobre volar su superficie, hasta llegar a las antiguas instalaciones, que tendrían como propósito albergar a los trabajadores que iniciarían la construcción de una estación espacial, que explotaría el anillo de rocas y polvo que circundaba la enana marrón.
La nave atracó en una vieja plataforma de aterrizaje y de ella descendió un hombre, enfundado en un viejo traje espacial, y caminó a saltos hasta la puerta de la exclusa de aire que servía de entrada a la edificación. Tecleó algún comando en el panel de su traje y la puerta se abrió, para cerrarse luego tras su entrada y restaurarse la presión de aire en el interior de la cámara, luego de lo cual se pudo escuchar una voz femenina algo distorsionada.
—Bienvenido ingeniero, ¿qué tal le fue en su viaje? —dijo la voz que sonó por los altavoces de la cámara.
El hombre se quitó el casco del traje, dejando ver un pálido y cadavérico rostro, con unos profundos ojos azules, casi emblanquecidos por la edad y una escasa cabellera blanca, y con voz ronca, aunque casi imperceptible, respondió —Hola LUCY, todo estuvo bien.
—Al igual que la anterior no hay nada que sirva para identificar al culpable, quien sea debe estar usando tecnología de ocultamiento —dijo Alfredo, mientras daba el reporte forense a Oliver —Hay niveles sospechosos de ozono, al igual que en las otras escenas, deben ser del dispositivo que usa, tal vez se trate de tecnología antigua, los más modernos usan plasma para eliminar los rastros.
—Y sobre el cuerpo de la chica —dijo Oliver
—Tampoco, fue cuidadosamente higienizado y luego todo rastro fue eliminado usando también tecnología de esterilización —dijo Alfredo.
—Hay algo que hemos olvidado, hemos buscado rastros en los cuerpos y vestidos, pero no hemos tratado de ubicar el origen de estos últimos —dijo Oliver.
—Se trata de vestidos muy viejos por lo que se ha logrado detectar, no son de una fábrica, así que se supone que son creados a medida por algún sastre, pero no hay ningún tipo de identificación, salvo la de la tela, que fue hecha por una fábrica de Niobe que cerró hace más de quinientos años y de la que sus registros no están en el repositorio de datos de El Parlamento —explicó Alfredo.
Oliver se recargó en su silla y se estiró como si tratara de desperezarse, observó por un rato la información forense que estaba proyectada frente a él, y se recargó hacia adelante como si se le hubiese ocurrido algo.
—Es claro que estas mujeres no han estado en el sistema en toda su vida, sin importar desde cuando hayan estado despiertas, asumiendo que pudieron haber pasado un periodo en crio estasis, como habíamos supuesto antes —dijo Oliver, estrujándose el cabello. —Ninguna de ella tenía nanomáquinas en su organismo, y sin embargo gozaban de una salud envidiable, en solo dos casos se encontraron pruebas de haber sufrido síndrome alfa de Satoshi y en uno de influenza de Niobe.
—Entiendo a qué se refiere —intervino Alfredo. —Si de alguna forma provienen de Titán, no pueden tener más de trescientos años, de los cuales casi la mayor parte la pasaron en crio estasis, y desde hace más tiempo es obligatoria la implantación de nanomáquinas en todos los recién nacidos si es que no son heredadas de sus madres.
—Correcto, de hecho, creo que estas mujeres nunca han estado en el sistema nacieron fuera de él y así han permanecido toda su vida —dijo Oliver. —Y solo se puede vivir así, haciéndolo fuera de cualquier mundo o estación espacial con presencia de El Parlamento.
—Pero ese sitio no existe, al menos no después de la guerra de Cefeo —dijo Alfredo. —E incluso en Cefeo se implantaban nanomáquinas a los recién nacidos antes de la guerra y de la presencia de El Parlamento.
—Sí, eso quiere decir que de alguna forma provienen de las zonas inexploradas —Dijo Oliver levantándose de la silla y corriendo a recoger su gabardina.
—¿A dónde va ahora? —preguntó Alfredo, sorprendido por la reacción de Oliver.
—Al edificio de la secretaria de exploración y colonización, necesito ir a la división de ingenieros ambientales —dijo Oliver, casi saliendo de la oficina, mientras Alfredo aún no se levantaba del pequeño sofá donde se encontraba sentado. —Voy a averiguar sobre las regiones inexploradas —se detuvo antes de salir, se dio la vuelta y dijo en dirección a Alfredo que empezaba a ponerse de pie. —Averigua sobre esa fábrica de tela, trata de rastrear sus registros en la oficina de industrias de Niobe, tiene que haber algo.
English
Angels of Polaris (continued)
Several hundred light years from Heracles and its guarded space, in the middle of an unexplored part of space, one of those to which bridges are connected, with the intention of, at some point, begin to exploit them, but then are forgotten, to find more promising regions in resources and habitable planets; in a flash of light, the small transport ship emerged from the bridge and in a matter of seconds crossed the two light years that separated it from a small satellite of a brown dwarf, which at some point served as a base for the installation of a mining operation that was never started, in the abandoned facilities today other types of activities were being carried out; The spacecraft decelerated and spiraled down into the thin atmosphere of the satellite, and then flew over its surface, until it reached the old facilities, which were intended to house the workers who would begin construction of a space station that would exploit the ring of rocks and dust surrounding the brown dwarf.
The ship docked at an old landing platform and from it a man descended, sheathed in an old spacesuit, and hopped over to the door of the airlock that served as the entrance to the building. He typed some command on the panel of his suit and the door opened, then closed behind him and the air pressure inside the chamber was restored, after which a somewhat distorted female voice could be heard.
-Welcome engineer, how was your trip? -said the voice over the chamber's speakers.
The man removed his suit helmet, revealing a pale, cadaverous face, with deep blue eyes, almost whitened by age and sparse white hair, and in a husky, yet almost imperceptible voice, replied -Hello LUCY, everything went well.
-Like the previous one there is nothing to identify the culprit, whoever it is must be using concealment technology -said Alfredo, while giving the forensic report to Oliver -There are suspicious levels of ozone, just like in the other scenes, they must be from the device he uses, maybe it is old technology, the most modern ones use plasma to eliminate traces.
-And about the girl's body," said Oliver.
-Neither, it was carefully sanitized and then all traces were eliminated using sterilization technology as well," said Alfredo.
-There is something we have forgotten, we have searched for traces on the bodies and dresses, but we have not tried to locate the origin of the latter," said Oliver.
-These are very old dresses from what we have managed to detect, they are not from a factory, so it is assumed that they are custom-made by some tailor, but there is no identification of any kind, except that of the fabric, which was made by a factory in Niobe that closed more than five hundred years ago and whose records are not in the data repository of The Parliament -explained Alfredo.
Oliver leaned back in his chair and stretched as if trying to wake up, stared for a while at the forensic information projected in front of him, and leaned forward as if something had occurred to him.
-It's clear that these women have not been in the system their entire lives, no matter how long they've been awake, assuming they may have spent a period in cryostasis, as we had assumed earlier," Oliver said, ruffling his hair. -None of them had nanomachines in their bodies, yet they were in enviable health, with only two cases showing evidence of Satoshi's alpha syndrome and one of Niobe's influenza.
-I understand what you mean," Alfredo interjected. -If they somehow come from Titan, they can't be more than three hundred years old, of which almost most of them were spent in cryostasis, and for a longer period of time the implantation of nanomachines in all newborns is mandatory if they are not inherited from their mothers.
-Right, in fact, I think these women have never been in the system, they were born outside of it and have remained so all their lives," said Oliver. -And you can only live like that, doing so outside of any world or space station with a Parliament presence.
-But that place doesn't exist, at least not after the Cepheus war," said Alfred. -And even on Cepheus, nanomachines were implanted in newborns before the war and the presence of The Parliament.
-Yes, that means that somehow they come from the unexplored areas," said Oliver getting up from his chair and running to pick up his trench coat.
-Where is he going now? -Alfredo asked, surprised by Oliver's reaction.
-To the Secretary of Exploration and Colonization building, I need to go to the environmental engineers division," said Oliver, almost leaving the office, while Alfredo still didn't get up from the small sofa where he was sitting. -I'm going to find out about the unexplored regions," he paused before leaving, turned around and said in the direction of Alfredo who was starting to stand up. -Find out about that cloth factory, try to trace its records in the Niobe industries office, there must be something.