Saludos amigos de @holos-lotus.

Nuestro mundo interior es tan amplio que me parece que una vida larga y prolija no da para conocerlo, sus lugares ocultos, recovecos, se convierten en misterios al que no siempre accedemos, pero que paradójicamente nos definen y nos hacen ser quienes somos.

Actualmente, estoy leyendo el libro, El Guión de Vida, de José Luis Martorell, (por cierto, la palabra guion no lleva tilde por ser un monosílabo, pero en el libro va marcado y lo respeto). El texto se fundamenta en la teoría del Análisis transaccional, donde lo transaccional corresponde a la comunicación y cada mensaje es considerado una transacción, es un dar- recibir- recibir-dar y que como todo hecho comunicativo se compone no solo de palabras, sino que en él intervienen la gestualidad, la corporalidad, el tono, los silencios, la intención y todo aquello que le da matiz a la comunicación.

Quizás lo más conocido del análisis transaccional sea su propuesta de los Estados del Yo: Yo Niño, Yo Padre, Yo Adulto que coexisten en cada uno de nosotros y desde donde realizamos nuestras transacciones.

En estos estados del ser nos vamos a enfocar hoy. Hagamos una breve descripción cualitativa de cada uno de estos estados y me disculpan tanta teoría, pero que es necesaria para lo que viene.

El Yo Niño es espontáneo, impulsivo, expresa lo que siente, intuitivo, creativo, imaginativo, adaptativo a las exigencias del entorno, por lo que puede impregnarse de miedo, rabia, vergüenza o rebeldía.

El Yo Padre: Tiende a imitar las conductas de sus antecesores (padres), señalar lo que está bien o mal, siendo michas veces inflexible, desde este yo juzgamos, ordenamos y ponemos límite, también ayudamos, damos confianza, protegemos y sobreprotegemos. Muchas veces detrás del yo padre hay miedos e inseguridades revestidos de razonamiento.

El Yo Adulto: es ecuánime, analiza y evalúa las situaciones para encontrar y dar respuestas informadas y acertadas, las emociones están en un segundo plano para poder actuar de manera “objetiva” y equilibrada. Digamos que el Yo Adulto “debe” prevalecer para la toma de decisiones al afrontar situaciones.

Muy bien, ilustremos con ejemplos la manifestación de estos tres estados del ser.

Si hay algo que me enerva es que me manden, mi Yo Niño se revela impulsivamente dando malas respuestas o sumiéndome en un silencio que grita, estoy molesta, por lo general no hago lo que se me pide obviando las consecuencias, claro, mucho de ello depende de la exigencia que se me haga y es cuando aparece mi Yo Adulto, busco calmarme y analizar si la exigencia es válida y si es conveniente accionar para dar una respuesta satisfactoria.

Mi Yo Padre lo tengo más controlado, pues he ido aprendiendo a no dar lecciones a quien no las pide, a ser flexible en mis posiciones y ser cada día más consciente de que no soy dueña de la verdad, que todo depende de la percepción de cada uno, del cristal con que se mire.

He pasado una temporada con mis hijos, verlos en sus dinámicas familiares, en sus vidas y cotidianidad se convertían en una tentación para opinar, querer corregir, hacer sugerencias, pero cada vez que esto ocurría me decía: - ¡Gladys cálmate!, haciendo referencia a mi madre que era tan dura e impositiva en sus opiniones.

En fin, amigos, de esto se trata la iniciativa:

Reconocer tus estados del Yo, cómo los manejas, cómo te afectan y si este conocimiento te ayuda a ser más consciente y potencia tu crecimiento personal. Es una iniciativa súper intimista, pero así son los recovecos del autoconocimiento.

Pautas para publicar:

• La iniciativa está activa desde el momento de su publicación hasta el 16 de octubre de 2025.
• Sigue las normas de publicación de la comunidad.
• Utiliza la etiqueta #consciencia.

Greetings, friends of @holos-lotus.

Our inner world is so vast that it seems to me that even a long and eventful life is not enough to get to know it. Its hidden places and recesses become mysteries that we do not always have access to but which, paradoxically, define us and make us who we are.

I am currently reading the book El Guión de Vida (The Life Script) by José Luis Martorell (incidentally, the word guión does not have an accent because it is a monosyllable, but in the book it is marked and I respect that). The text is based on the theory of Transactional Analysis, where the transactional corresponds to communication and each message is considered a transaction, it is a give-receive-receive-give and, like any communicative act, it is composed not only of words but also of gestures, body language, tone, silences, intention, and everything that gives nuance to communication.

Perhaps the best known aspect of transactional analysis is its proposal of ego states: child ego, parent ego, and adult ego, which coexist in each of us and from which we carry out our transactions. It is these states of being that we will focus on today. Let's give a brief qualitative description of each of these states, and I apologize for so much theory, but it is necessary for what is to come.

The Child ego state is spontaneous, impulsive, expresses what it feels, is intuitive, creative, imaginative, and adaptive to the demands of the environment, so it can be imbued with fear, anger, shame, or rebellion.

The Parent Self: It tends to imitate the behaviors of its predecessors (parents), pointing out what is right or wrong, often being inflexible. From this self, we judge, command, and set limits, but we also help, give confidence, protect, and overprotect. Often behind the Parent Self are fears and insecurities cloaked in reasoning.

The Adult Self: It is even-tempered, analyzes and evaluates situations to find and give informed and accurate answers. Emotions take a back seat so that it can act in an “objective” and balanced manner. Let's say that the Adult Self “must” prevail in decision-making when facing situations.

Very well, let's illustrate with examples the manifestation of these three states of being.

If there is one thing that unnerves me, it is being told what to do. My Child Self rebels impulsively by giving bad answers or sinking into a silence that screams, I'm upset, I usually don't do what I'm asked, ignoring the consequences, of course, much of it depends on the demand made of me, and that's when my Adult Ego appears. I try to calm down and analyze whether the demand is valid and whether it is appropriate to act to give a satisfactory response.

I have more control over my Parent Self, as I have learned not to lecture those who do not ask for it, to be flexible in my positions, and to be increasingly aware that I do not own the truth, that everything depends on each person's perception, on the lens through which they view things.

I spent some time with my children, watching them in their family dynamics, in their lives and daily routines, and I was tempted to give my opinion, to correct them, to make suggestions, but every time this happened, I said to myself: “Gladys, calm down!”, referring to my mother, who was so harsh and imposing in her opinions.

Anyway, friends, this is what the initiative is all about: recognizing your states of self, how you manage them, how they affect you, and whether this knowledge helps you to be more aware and enhances your personal growth. It's a very intimate initiative, but that's how the intricacies of self-knowledge are.

Guidelines for posting:

• The initiative is active from the moment of publication until October 16, 2025.
• Follow the community's posting rules.
• Use the hashtag #awareness.