En mi casa no apostaban en al lotería de animales, pero también reconocían los números de cada animal, así que para mí era algo normal, pensaba que que a cada animal le correspondía un número no se por que razón, pero cuando necesitaba recordar un numero lo asociaba con el animal y así nunca se me olvidaba, cuando entré a la secundaria cada integrante de la sección tenía un número de lista, esto era importante para revisar las calificaciones entre otras cosas, así que yo rápidamente me aprendía el mío porque mi mente recordaba el animal, pero lo gracioso es que cuando le preguntaba a mis compañeros el número que les correspondía les decía que animal eran, muchos no entendían hasta que algunos se dieron cuenta y se reían y me preguntaban si yo jugaba lotería, obviamente yo no jugaba lotería pero era gracioso que algunas de mis amigas le correspondía el número 14 de la lista y yo le decía que era una paloma, cuando les tocaba el número 6 les decía que eran un sapo, el 18 el burro, el 27 el perro y así sucesivamente, yo no lo hacía por burlarme de ellos, solo me parecía gracioso imaginar que éramos como una granja o algo así, además que era para mi un ejercicio de memoria.