Las criptomonedas son una opción para los venezolanos que quieren migrar

Obtener divisas es como buscar el santo grial para muchos venezolanos que quieren emigrar, por lo que las criptomonedas se convirtieron en una opción para las personas que huyen de la economía más inflacionaria del continente.

La crisis, que se agudizó en 2014, causó la mayor ola emigratoria del país en toda su historia, que coincidió con la escasez, cada vez más profunda, de dólares provenientes del Estado. Desde el 2003 el Gobierno de Venezuela impuso un control de cambio para evitar, de acuerdo al gabinete presidencial del entonces presidente Hugo Chávez, la fuga de capitales venezolanos hacia el extranjero. Como consecuencia nació un mercado paralelo para la obtención de la moneda estadounidense, a precios superiores a los establecidos por el mercado oficial.

Entre esos venezolanos que consiguieron en la economía digital un medio para obtener dólares se encuentran Antonella Ríos y José Armas, una pareja de venezolanos residenciados en Estados Unidos que contó su historia al diario El Clarin de Argentina.

Su historia fue relatada en una publicación del mencionado diario el 6 de mayo. La pareja relató que gracias a la compra y venta de Bitcoin pueden conseguir ingresos para tener una mejor calidad de vida que la que tenían en Venezuela, país donde la inflación durante 2017 fue de 2.616%, de acuerdo a cifras de la Asamblea Nacional.

La pareja indicó que la compra y venta de criptomonedas les permite, al igual que muchos de los miles de venezolanos que llegaron a Estados Unidos en los últimos años, poder pagar sus gastos.l Algo que les era cuesta arriba en Venezuela. “En Venezuela vives para comer y ya”, dijeron los ahora cripto comerciantes.

De acuerdo a la firma financiera Ecoanalítica, en 2012 la capacidad de compra de los venezolanos era al menos 7 veces mayor que este año, en el que la inflación podría llegar a ser de más 100.000% en diciembre, según los cálculos de sus economistas.

• Inflación y escasez de divisas :

El precio del dólar no era tres veces mayor que el oficial hasta el 2012, según cifras de Ecoanalítica. De ese año hasta la fecha, la brecha se acrecentó hasta que la diferencia entre ambos mercados alcanzó 25.000%, antes que el sistema Dipro, cuyo precio por dólar era de Bs. 10, fuese eliminado.

Actualmente no existe una cotización oficial del dólar frente al bolívar, luego del bloqueo ejercido por Estados Unidos contra Venezuela. Para la fecha la moneda extranjera que ofrece el Estado es el euro.

Para la fecha, el Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) único mecanismo del Estado cotiza divisas extranjeras, señala que el precio del euro frente al bolívar es Bs. 83.673, mientras que en mercado negro no baja de Bs. 850.156, una diferencia de 916%.

El precio de cada euro paralelo del marcador de divisas cuyo valor es más bajo representa el 85% del salario mínimo en Venezuela, por lo que se requiere de un gran esfuerzo adquirir divisas extranjeras a los venezolanos que ganen en bolívares, quienes deben vender sus propiedades a precios muy por debajo de las que las compraron, si se calcula el euro frente al bolívar cuando lo hicieron.

El poder adquisitivo de los venezolanos está menguado. Mientras que en enero de 2018 se podía comprar al menos 16 cartones de huevos con el ingreso mínimo mensual (sueldo mínimo+ cestatikets), establecido en Bs. 104.358, ahora con el incremento salarial, Bs. 2.555.000 solo se pueden comprar dos cartones.

• El Estado entrega pocas divisas:

La mayoría de los venezolanos no pueden acceder a divisas provistas por el Estado venezolano. En la última subasta del Dicom, solo 1.127 personas naturales recibieron divisas, en cantidades que no superan los 500 euros. Quienes lo lograron, no pueden recibir más dinero hasta pasar tres meses.

Ante la escasez de divisas y los altos precios del mercado paralelo, las criptomonedas se convirtieron en una opción. De acuerdo a Local Bitcoin, Venezuela fue el país en donde se realizaron mayor cantidad de transacciones en moneda local durante el mes de marzo en Sudamérica.